¿Alguna vez habéis visto un telefilm de miedo? Hay muy pocos, principalmente porque todos sabemos que los telefilms son de todo menos idóneos para la noche. Su franja horaria poderosa es la de la sobremesa y si me apuráis en fin de semana, pero sí que existen algunos telefilms de miedo. Bueno, de todas formas si no habéis visto ninguno Ouija lo es.

Por mucho que se haya proyectado en cines, su composición es la de un telefilm total. Sus efectos, sus actores e incluso sus planos son propios de una producción para televisión. Con todo y con esto, vivirás uno, digamos, veinte minutos iniciales interesantes, pero todo se va al garete cuando se lanzan a la pantalla los primeros trucos paranormales de bajo presupuesto. Rezas porque eso no llegue, más que nada porque sabes que van a destruir lo poco que te gustaba de la película. De alguna manera prefieres sentirte estafado por haber visto una película de investigación paranormal en lugar de una de terror que tener que ver ese terror tan mal llevado por parte del tal Stiles White.

Lo peor de todo esto no es que al principio diera señales de que podría ser interesante. Lo peor de todo son esos planos pretenciosos que pretenden ir de que el director está jugando con nuestra mente y sabe distribuir los sustos. "Vaya, una jovencita medio desnuda se ha puesto a mirarse en el armariete del espejo, ha abierto la puerta y al cerrerlo en el espejo... sigue sin haber nada. ¡¡¡Oh!!! ¡Vaya! ¡Señor White, usted sí que sabe cómo jugar con el terror! ¡Si hasta ha metido un final un poco a lo The Conjuring y todo! ¡Es usted un genio!"

Quizá, y sólo quizá, te pueda gustar algo si no has visto 500 del género. He visto peores sin duda.