Hay veces en los que el denominado cine de culto tiene una definición tan difusa que productos como éste acaban colándose, aunque sea con ayuda de vaselina.

No nos equivoquemos, Ken Park es una mala película, incluible o no en esa extraña "generación" de películas de culto, que solo pretende turbar a los espectadores y nada más. Por supuesto, podemos encontrar un millón de mensajes subyacentes en ella, pero esto ocurre con todas las películas del mundo, desde Ken Park hasta Karate a Muerte en Torremolinos.

Ken Park es una película incómoda de ver, pero no es por esto por lo que la película es tan mala, el verdadero problema de ella es que se centra en incomodar y no en dar una cinta con algo aprovechable. No hay nada en absoluto que sea digno de mención en esta película, tan solo un desfile de miembros viriles en pantalla propios del cine porno más directo.
Pensemos esta película como una película porno, añadámosle esos diálogos irrisorios del cine X entre medias de cada escena y suprimamos la música sustituyéndola por la típica de ese cine. El resultado es (con matices, si) una película del género. ¿Qué cambia si en vez de esos diálogos irrisorios incluimos unos diálogos que pretenden ser serios y sustituimos la música por una música de "diferente" calidad"? El resultado es bien parecido, sobre todo cuando el 70% de la película pretende llamar la atención en ese aspecto.

Por supuesto la película cuenta con suficientes defensores como para considerarla de culto, con suficientes espectadores que "han captado" ese mensaje subyacente que el resto de los humanos no hemos visto. Ken Park no es más que una película agonizante por llamar la atención, desesperada e incluso inmadura, que trata de filtrar una profundidad en los personajes que se ve eclipsada por su mediocridad. Ken Park no sirve como reflejo de la juventud, tan solo es el reflejo de un grupo de dementes personajes que provocarán la risa del espectador si es que no decide dejar de ver la película al instante. Tan solo el inicio se salva, por interesante e inesperado, aunque es algo más que engañoso que poco (nada) tiene que ver con la película.

Hasta la sinopsis es mucho más divertida que la propia película.