Cisne negro no es una película para todos los públicos, es una película bastante compleja y difícil de describir. La magia de esta producción no está en lo que cuenta el bueno de Aronofsky (uno de los salvadores del séptimo arte como siga por estos derroteros), está más bien en como consigue atravesar la pantalla hasta el espectador, consiguiendo nuevamente hacernos sentir esa angustia de sus personajes, esa desesperación y ese sufrimiento que, aunque no nos toque ninguna fibra sensible lo sentimos como muy nuestro.

Estamos ante una película que toca todos los palos psicológicos, incluido el terror psicológico, ese tan olvidado y enterrado en las mentes de los cineastas. Por momentos pareciera que estamos viendo a Catherine Deneuve dirigida por Roman Polanski, y con unas pequeñas gotas de Kafka, pero no, estamos viendo algo completamente original aunque parezca un refrito de muchas otras cosas, donde lo real se mezcla con lo imaginario y las interpretaciones son unas cuantas, incluso una vez terminada la película.

Probablemente no pasaras un buen rato viendo Cisne negro (tampoco lo pasaste viendo REquiem por un sueño), pero dejará en ti ese poso que dejan las obras de este director, un sabor amargo pero con la sensación de haber visto buen cine. La actuación de Natalie Portman acompaña, sin duda, pero siempre he creido que este tipo de personajes, en teoría los más difíciles, aquellos que viven angustiados todo el largometraje, son a la vez los que más pueden favorecer a una actuación, ya que es donde más brillan (cuando consiguen brillar). Los secundarios están a la altura, sobre todo Vincent Cassel, uno de los mejores que ha dado la patria francesa desde siempre.

Podríamos hablar de cuestiones técnicas, de como la cámara es parte de los bailes o de cómo Aronofsky consigue esa sensación angustiosa con planos llenos de movimiento, pero en el Cisne negro lo que destaca es la sensación final al terminar la película, muy por encima de lo que se siente durante la misma. Incluso si no te interesa lo más mínimo este mundillo o todo lo que le rodea Cisne negro es una experiencia diferente, de las que se encuentran una vez cada muchos años.