Para mi, de momento, uno de los títulos de la temporada. Con una fotografía muy personal, espesa y recurriendo a encuadres miópes, o ese tono cortante y agresivo pudiera parecer un filme danés hablado en español. Pero en cuanto aparecen los momentos de humor negrísimo (por ejemplo ese speech final de uno de los personajes principales) ya se ve la mano del sur de latinoamerica. El Club es una peli frentista, de esas de cuchillo en la boca en la que Larraín parece supurar odio por la Iglesia Católica, y aunque en estos casos siempre se corre el riesgo de pasarse de frenada - y por momentos lo hace- la falta de contención en El Club también es una virtud. Una casa perdida en un pequeño pueblo costero sirve de retiro penitenciario a elementos comprometidos que la Iglesia esconde bajo la alfombra. Fantásticos personajes, en especial la turbadora monja custodia o..., bueno, en definitiva, VAYA PANDA.