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España España · cartagena
Voto de Occ:
10
Drama En 1948, tres años después del final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuatro jueces, cómplices de la política nazi de esterilización y limpieza étnica, van a ser juzgados en Nuremberg. Sobre Dan Haywood (Spencer Tracy), un juez norteamericano retirado, recae la importante responsabilidad de presidir este juicio contra los crímenes de guerra nazis. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me atrevo a generalizar un poco una apreciación personal, porque creo que una de las cosas que mas nos gusta a quienes vemos las películas basadas en hechos históricos es ver, oir y sentir la veracidad de los argumentos o su aproximación a la realidad.
Eso logra esta película basada en un libro que a su vez plasma los testimonios de un momento historico que marcó un antes y un después, los horrores de la guerra hasta sus últimas consecuencias, lo terrible de la justicia mal empleada, con un espíritu vengativo mas que justiciero.
Pero hay un punto que me marcó en la película, un punto transversal que es totalmente aplicable. La complicidad en silencio, el "no sabíamos nada" "Como lo podiamos imaginar"
"no somo así", la negación tres veces del Santo, la traición, el cerrar los ojos y seguir, plasmado en una escena fuerte, profunda cuando se observa al Juez (interpretado por Spencer Tracy como nadie) mortificado en silencio y con el estómago revuelto luego de ver parte de holocausto frente a Marlene Dietrich, bella manipuladora que personifica a quienes en nombre del perdón pretenden tapar la verdad que no debe olvidarse sonriendo y oyendo música mientras todos bailaban y cantaban.
Cuando el Fiscal dice" aqui nadie es Nazi, fueron los esquimales, malditos esquimales" nos hace ver el empeño de ese pueblo vencido oprimido y pobre de negar su participación activa en este proceso.
No nos equivoquemos, esto no habla de Alemania en 1948, habla de cada uno de nuestros actuales paises que se encuentran en problemas. Habla de nuestro silencio cómplice, asinitiendo con tranquilidad los abusos que vemos cometer. Somos responsables de lo que hacemos, "expliqueme de que forma no?" preguntó el Juez a su compañero del tribunal.
Las actuaciones llegan a hacer olvidar que se trata de una película, como anécdota Montgomery Clift no podía ni siquiera recordar su guión y le dieron la autorización de dar rienda suelta a la imaginación y "ver a Tracy" cuando se pusiera nervioso. De verdad llega a conmover, llega a entenderse incluso a Montgomery el hombre a traves de su personaje, Judy Garland, impresionante, Dietrich ( ¿que puede decirse de estas leyendas?) pero sobretodo y a mi gusto, yo le daría el Oscar a Burt Lancaster, un personaje sumido en su tristeza, en su abatimiento, una cara transformada de dolor sin muchas palabras excepto su defensa en esos 9 maravillosos minutos.
La frase del Juez al dictar sentencia decía que lo que realmente sorprendía era ver como las circunstancias puede transformar a personas normales, brillantes y sensatas en mounstruos que luego ni siquiera se reconocen a si mismos en sus acciones.
La historia está para ser recordada, perdonada pero sobretodo asimilada
Que lo vean nuestros niños, nuestros jóvenes y algun mandatario .
Occ
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