Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Manospondylus:
3
Ciencia ficción. Fantástico. Drama. Acción. Romance Un asteroide del tamaño del estado de Tejas apunta directamente hacia la Tierra. Los expertos de la NASA tan sólo encuentran una posible solución: enviar a un equipo de astronautas al espacio para que destruya el meteorito antes de que colisione con nuestro planeta. Para ello recurren a Harry S. Stamper, el mayor experto en perforaciones petrolíferas, y a su cualificado equipo de perforadores, para que aterricen en la superficie del ... [+]
10 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera incursión en el género de catástrofes del director Michael Bay, el famoso nacionalista estadounidense entusiasta de las explosiones, de las banderas ondeando dramáticamente a la puesta de sol y de las mujeres florero; con guion de J. J. Abrams, conocido por ser el responsable de Star Wars Episodio IX. ¿El resultado? Pues baste decir que ni el título está bien puesto, porque Armagedón es un lugar (el monte Megido) nombrado en el Apocalipsis y no el día del "fin de todas las cosas" según la Biblia, como afirman en esta película. Y no me importa mucho que las referencias bíblicas sean erróneas, pero es que Bay no da una.

Aparte de entretener, lo mínimo que puede pedírsele a una película de ciencia ficción es que, en el probable caso de que emplee algún concepto o término científico, no insulte descaradamente a su público, más aún si basa en ello todo su argumento; y Armageddon parte de la premisa de cómo detener el impacto de un asteroide, lo que además de ser interesante puede dar un muy buen resultado (científico y cinematográfico) si se hace bien. Sin embargo, este filme es tan absurdo que a su lado Deep Impact parece un episodio de Cosmos. El astronauta Chris Hadfield definió la ciencia de Armageddon como "atrozmente mala", en una película tan terrible que resulta "trágicamente cómica". Creo que nadie lo ha expresado mejor.

En fin, una vez más, la Tierra está en peligro y sólo una panda de auténticos tipos duros de la América más profunda puede salvarla... haciendo explotar cosas. Todo comienza cuando medio planeta recibe el impacto de millares de meteoritos. Por supuesto, en pantalla sólo vemos el efecto de este bombardeo en Nueva York, porque, por lo visto, antes del 11-S molaba ver los rascacielos de Manhattan estallar y derrumbarse. El motivo es la aproximación de un gigantesco asteroide. O cometa, porque tiene cola. En realidad, de todos los pormenores de la película éste es el más insignificante, pues no son pocos los asteroides con actividad cometaria (los centauros, por ejemplo) y la frontera entre lo que es estrictamente un cometa y un asteroide es algo difusa. Por otra parte, lo de causar ese bombardeo de meteoritos por atravesar el cinturón de asteroides sí es un disparate y no será el último.

Resulta que el pedrusco espacial es del "tamaño de Texas", lo que significa más de 1200 km (se supone que) de diámetro (sensiblemente mayor que Ceres, Orco, Salacia e incluso Sedna, y comparable a Makemake, Haumea, Gonggong y Quaoar). Con semejante tamaño su propia gravedad le habría conferido una forma esférica, cosa que no ocurre porque Bay no sabe lo que es el equilibrio hidrostático. Además, nos dicen que si impactara en el Pacífico produciría un tsunami de 5 km de altura. En realidad, cayera donde cayera, atravesaría la litosfera y la ola sería de roca fundida y vaporizada.

El gobierno de Estados Unidos (según la filmografía de Bay, el único país civilizado del mundo y gran esperanza de la humanidad) recurre a la NASA (y de paso le recriminan que no haya detectado el asteroide antes, algo meritorio teniendo en cuenta que tiene el tamaño de un planeta enano) y esta a su vez acude a Bruce Willis versión perforador de pozos petroleros. Lo típico, vamos.

En menos de dos semanas, las buenas gentes de la NASA preparan al equipo de colegas de Willis (una panda de gañanes de los que exhiben con orgullo sus carnés de la NRA y harían a Trump presidente vitalicio del mundo) para una misión que en cualquier universo remotamente parecido al nuestro sería un suicidio. El plan consiste en mandar a este pintoresco grupo al asteroide/cometa/planemo/loquesea en dos transbordadores espaciales (que aún se usaban) llamados Libertad e Independencia, porque nombres como Challenger, Discovery o Endeavour deben ser demasiado sutiles para Bay. Bueno, supongo que tienen que reivindicar que son libres e independientes ante una roca gigante. Una vez allí, no tendrán más que perforar 800 pies (para el mundo bárbaro, unos 240 metros), es decir, apenas arañar un poco la cáscara del pedrusco, y colocar una bomba nuclear para reventarlo. O sea, que la explosión se producirá a más de 600 km del centro y esperan partirlo en dos perfectas mitades ferruginosas que deberían separarse a más de 1000 km/h para evitar la colisión con la Tierra. Ya.

Por lo demás, pues lo esperable: deflagraciones en ausencia de oxígeno, sonido en un medio (la heliosfera) insuficientemente denso como para propagarlo, transbordadores que maniobran como un caza... y la velocidad en todas las pantallas en millas por hora. A la mierda el Sistema Internacional, ¡qué son americanos, hostia!

Creo que ha quedado claro que Bay se caga en la ciencia, vomita sobre ella, y vuelve a cagarse después. Y aunque no lo parezca no soy de echar a la hoguera a ninguna película de ciencia ficción sólo por tomarse algunas licencias (o habría que quemarlas todas), pero esto es reescribir la realidad de la forma más peregrina (y conveniente). Sobre todo porque era tan sencillo como poner un asteroide más pequeño, no ridiculizar a los científicos y respetar algunos detalles básicos. El caso es que hubo por ahí un consultor técnico al que Bay decidió no hacer ningún caso (sí, eso ocurrió).

Además y casi peor, no puede decirse que el resto de los componentes de la película funcionen (al menos no lo suficiente como para tapar todas las estupideces). Como no podía ser de otra forma con este cineasta, el montaje es un puñetero caos y el ritmo es frenético, tanto que llega a cansar. Bay no para de cambiar de plano y de escena para evitar que alguien tenga un segundo para pararse a pensar en lo que está viendo. Y todas y cada una de las escenas tienen varios (muchos, de hecho) de los siguientes elementos: frase lapidaria, chiste, referencia, explosión, música épica. El resultado es que Armageddon parece más un tráiler muy largo que una verdadera película.

(Sigue con algún spoiler poco importante porque la trama es tan predecible como parece)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manospondylus
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow