Briosa y videoclipera reconstrucción de los ataques contra la falsa embajada de los EEUU en la estratégica ciudad de Bengasi, durante la turbulenta guerra civil que siguió al derrocamiento y asesinato de Gaddafi por parte de Francia, EEUU y otros países de la OTAN.
No se trata de una crónica sino de una reconstrucción a gusto de la CIA que esta omnipresente en la película, no sólo durante todo su metraje con un final más que explicitamente propagandístico. Sino también en su producción, escritura, partes del guión y revisión final antes de su estreno.
La película hace gala de la habitual superioridad moral yanqui sobre los árabes, en este caso, y aunque si bien son ciertos algunos dardos, resultan demasiado reiterativos. Y la torpeza de estos en combate es exagerada.
Los lances personales y sentimentaloides de los mercenarios americanos carecen de todo interés aunque eso no significa que no fueran así en realidad. No obstante Bay esta cómodo con los secuencias de acción rodadas a todo lujo, la recreación y poca cosa más.
Obviamente la historia esta falseada y embellecida. La muerte del embajador y su guardaespaldas no fue tan aséptica. Se ensañaron y ultrajaron los cadáveres como suele ser habitual en el mundo musulmán.
Puede que tenga algún apunte crítico con la administración civil, e incluso con los militares pero no con la cia ni con los mercenarios. Vamos un paso más allá de la bandera ondeando al viento.