Haz click aquí para copiar la URL
España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
5
Cine negro. Intriga. Drama En una pequeña ciudad de Connecticut, un sacerdote es asesinado en plena calle, y los ciudadanos exigen una intervención contundente de la policía. Todos los testigos identifican a John Waldron como el autor del crimen, pero éste se declara inocente, aunque nadie le cree. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2009
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Docudrama de hechos y localizaciones reales, con panorámicas casi documentales y narrador periodístico para un desarrollo correcto sin alardes dentro de su apresuramiento clarificador. En definitiva, presupuestos argumentales, desarrollo y medios técnicos convencionales en exceso, casi ingenuos podríamos decir.

Elia Kazan se mostró poco dotado para conferir nervio a una historia de características maniqueas y de personajes de una sola dimensión –elementos, sin embargo, en los que el cine clásico encontró muchas veces motivos para el regocijo-. Y es que es justo reconocer que Fritz Lang, por ejemplo, hubiese sido capaz de contar lo mismo de forma más enérgica al ser un director que adaptó plenamente su sensibilidad al criterio de los estudios. Y recurro a Lang porque su reflejo me ha venido a mientes viendo esta cinta. Ahora bien, reconozco que mi memoria se sirve para ello de películas menores como “Mientras Nueva York duerme” o “Más allá de la duda” seguramente por aspectos puramente superficiales, ya que ni siquiera cronológicamente tienen puntos de contacto, así que esta afirmación carece de toda pretensión de índole objetiva.

Y es que incluso agarrándonos al clavo ardiendo de que la cinta atiende más a la definición de estructuras sociales, federales y de opinión desde cierta naturalidad o realismo descartando tratamiento de “género”, no cabe duda que ese nudo de sinergias entre lo pretendido y lo esperado no acaba de ofrecer un resultado del todo interesante.

Las interpretaciones se alejan del estilo “kazaniano” arquetípico, con un afectado y especialmente anodino Dana Andrews, antítesis del actor del “método”, a la cabeza. La puesta en escena y fotografía son casi raquíticas también. Todo ello confirma una cinta extraña, atípica en el director de origen griego, asumiendo incluso su carácter de encargo.

Kazan reconoció que en esta película se oculta el germen del aprendizaje que posteriormente le serviría para trabajar en “Pánico en las calles” y “La ley del silencio”. Fundamentalmente, por la posibilidad de rodar en escenarios de exteriores con cierta libertad, experimentando así fórmulas para alejarse del influjo y presión de productores. Pues bien, aunque sólo sea por eso la daremos por buena. Aunque la utilización de los exteriores, recordando por ejemplo el calado visual de la persecución en las vías de tren de “Pánico…”, demuestra que al aprendizaje de esta película le siguió una evolución lo suficientemente purgante como para hacerlas parecer cintas de directores diferentes.

Curiosa. Poco más.
Bloomsday
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow