Una de las películas más animadas de Buñuel porque con ella consigue mantener atento al espectador lo cual resulta muy meritorio dada la flojedad de la idea argumental de la que parte. Todo se enriquece con la inolvidable sorna que poseen los diálogos como por ejemplo en el momento en el que la Deneuve escucha a una amiga que le describe como es la vida erótica de otra señora que ya ha descubierto lo que es la prostitución como experimento o como juego y que tiene que pechar en la cama lo mismo con feos que con guapos que con señores del montón. El habitual tono gélido con el que interpreta la actriz protagonista se complementa admirablemente con las raíces de su personaje, una mujer de apariencia angelical pero que todo lo calcula muy bien aunque intenta dejar via libre a la improvisación en sus encuentros sexuales para animar un poco su vida cómoda pero carente de emociones y sentir nuevos estímulos. El sentido del humor también está presente cuando un señor viejo le dice una vez iniciada la señora en la prostitución sofisticada que primero le excita y luego empieza con remilgos. Buñuel consigue una de sus obras más llamativas y resulta en esta ocasión tan sútil como en sus films mexicanos pero de otra manera. Catherine Deneuve está casi tan sugestiva como en "Repulsión" pero de otra manera también y el extraordinario Francisco Rabal tiene un papel que no está a la altura de sus posibilidades. La actriz que interpreta a la mujer que regenta el prostíbulo actúa genialmente y Sorel y Piccoli tienen algunos momentos en los que están brillantes. Se encadenan bien las anécdotas y en el puzzle formado se reconoce un retrato de mujer descrito con notable inteligencia. Un film que está a la altura del prestigio de un cineasta que también tiene obras muy sobrevaloradas.