Menuda película de terror se marcó Paco Plaza, quien justo una década antes fue codirector en la aterradora REC. Al parecer esta cinta se basa en hechos que de verdad pasaron, lo cual le provoca una mayor sensación de terror a la persona que la vea. Me recuerda mucho a las 2 ( por ahora) films de Expediente Warren al ser un caso real y diré que Verónica no le tiene nada que envidiar a ninguna producción extranjera. Dicho esto, vamos a lo que vamos. La protagonista de la historia es una joven de 15 años que se pasa cada día cuidando de sus 3 hermanos menores debido a que su madre está ausente durante todo el tiempo por motivos de trabajo. La trama nos sitúa en Madrid en junio de 1991, cuando Verónica junto con 2 compañeras de clase se ausenta de un eclipse que está teniendo lugar en pleno día, para invocar mediante una ouija los espíritus de 2 seres queridos, de los cuales uno de ellos es el fallecido no hace mucho padre de Verónica. La cosa no sale como esperan y a partir de ahí un mal que no es de este mundo se apodera de la vida de la chica. Una cosa queda bien clara con todo esto, nunca hay que jugar con fuego, pues si lo haces, lo más seguro es que te acabes quemando. Si ya era de por sí la vida de Verónica complicada, ahora lo será aún más, ya que debe proteger a sus pequeños hermanos del diabólico espectro que los acecha. Cualquier descuido puede ser fatal para las vidas que hay en juego. La tensión se maneja de un modo ejemplar, todo el suspense está acompañado por esa tensión tan alta que no lo suelta en ningún momento. Afortunadamente no se recurre a los típicos sustos previsibles de la mayoría de ocasiones para crear esa atmósfera malrollera que tan bien se respira. Las secuencias en las que aparece la dichosa sombra son de las más aterradoras que he visto últimamente. Por no mencionar el realismo con el cual se ven todas y cada una de las escenas escalofriantes y perturbadoras que salen a lo largo de todo el metraje. La actriz Sandra Escacena se porta realmente bien encarnando a la pobre Verónica, ya que prácticamente ella tiene todo el peso de la historia a sus espaldas. Pero la actriz lleva su enorme papel hacia adelante con mucho carácter y talento interpretativo. Los demás miembros del reparto saben hacer sus respectivos roles secundarios. Los niños consiguen no resultar molestos y además se vuelven indispensables para el desarrollo de la película. El aspecto técnico está muy bien cuidado y no canta en ningún momento. Todo se ve sumamente real, la ambientación noventera de la época en la que transcurren los hechos con ese anuncio echado por televisión, una televisión de las de antes de que yo viniera al mundo ( nací en 1993), uno de los juguetes más icónicos y adquiridos de la década, ese teléfono de cable y esas ropas de antaño. Lo he pasado bastante mal en ciertas partes. Esto es una prueba de que el cine español no es tan malo como lo pintan, yo incluido, pues a veces nos regala productos muy bien realizados como este en concreto. Verónica ( 2017) es un buen ejemplo del cine español de calidad. Me ha parecido tan terroríficamente interesante que en los próximos días investigaré un poco acerca del caso en el que se ha basado esta proyección.