Los films de protesta abundan en la filmografía estadounidense, films como "Erin Brockvich". "Norma Rae" o "Silkwood" han sabido representar a la mujer abusada y enfrentando a los poderosos en busca tanto del bien personal como social. Este film sigue muy de cerca esta línea, y toma la historia real de Josey Aimes, una mujer que sufre reiterados abusos por parte de sus compañeros mineros y decide denunciarlos, a ellos y a la corporación misma, en busca de soluciones y protección legal.
El camino, como todos sabemos al arrancar el film, no será nada fácil, el desprecio de los trabajadores y del pueblo, la falsedad y los conflíctos familiares tratarán de tirar abajo la moral de Josey.
Contando con el debut en EE.Uu de la directora neozelandeza Niki Caro, el film es un duro y áspero melodrama, no sólo de los conflíctos de Josey y la mina sino los relacionados con una problemática adolescencia y se séquito familiar.
Correctísima en rubros técnicos, con una maravillosa fotografía y una acertada banda sonora acordes al lugar retratado, Caro también demuestra una destacada sensibilidad en muchos pasajes y una perfecta dirección actoral.
Lo único que se le reprocha que no intente escapar de estas obviedades que hicieron característicos y en muchos sentidos referentes de género a los films anteriormente citados. Es sin duda el extraordinario trabajo de Charlize Theron lo que diferencia a este film, su composición llena de unos matices y una carnadura impresionante, la hacen una más que prometedora intérprete en el mejor momento de su carrera. Que Frances McDormand es capaz de sacar agua de una roca es sabido, y su magnífica interpretación de Glory lo demuestra una vez más. Excelentes Harrelson ( se merecía un buen papel), Spacek, Bean y Jenkins ( para tenerlo en cuenta) tambien.
Doloroso y muy efectivo dramón, que no escapa al género pero que resulta una más que grata oportunidad para emocionarse con una Theron que está pisando fuerte,y cómo.