Hay películas que también funcionan como acertijos, como retos a nuestra memoria cinéfila. Como esta, en la que casi cada secuencia recuerda a otras de algún que otro clásico. Asher es un asesino con ciertos ritos metódicos que cumple antes de cada trabajo (como en 'El profesional' o 'El silencio de un hombre' o ...), que ve a su amada enseñando balé a unas niñas (no me acuerdo, pero la misma escena ocurre en un filme de los ochenta), que balancea sus piernas en un poste de su casa (como en 'Pasión de los fuertes', de John Ford), que se refugia en esa cabaña (como en 'Shooter, el tirador'), que dispara a las botellas (como en tantos clásicos). En fin.