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Voto de Caith_Sith:
6
Romance. Drama Jane Eyre, una muchacha educada en un orfanato y de triste infancia, es contratada por Edward Rochester para trabajar como institutriz de una niña en Thornfield House. La aislada y sombría mansión, así como la inicial frialdad del dueño de la casa ponen a prueba la fortaleza de la joven. Sin embargo, poco a poco empieza a enamorarse de él. (FILMAFFINITY)
2 de diciembre de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cary Fukunaga se lo tiene un poco creído pero vamos a perdonárselo porque ya con su debut, "Sin nombre" (2009) demostró que tenía cosas que contar. Su siguiente proyecto fue producido por la BBC con la intención de volver a adaptar la inmortal novela de Charlotte Brontë desde un punto de vista diferente, menos académico y más abstracto, fantasmagórico, pero sin caer en el ambiente gótico de adaptaciones previas. Estamos así ante una película más luminosa que, por ejemplo, la versión de Robert Stevenson dirigida en 1943 (que por cierto contaba con unos primeros 30 minutos superlativos y aún no superados, en los que con bastante seguridad metió mano Orson Welles), al menos a nivel visual, que aprovecha los grandes espacios para convertirlos en prisiones por los que pululan los personajes de esta historia de desamor entre una joven sirvienta y un hombre de dinero.

Se inicia así el film con unos minutos sin diálogos en los que vemos a una joven avanzar por zonas abiertas, hasta que llega a una casa donde la cuidan. Pronto nos veremos inmersos en sus recuerdos, narrándose a través de flashbacks cómo llegó allí, quién es y porqué se encuentra en esa situación. Fukunaga sabe cómo no aburrirnos y disemina bien la acción para que queden pocos flecos y consigamos rápidamente formar el puzle completo. Así, el mayor disfrute de la película no es tanto lo que cuenta (que ya nos lo sabemos) como la forma de hacerlo. La dirección huye del academicismo en casi todo momento, pero también se distancia de las lujosas producciones televisivas del canal británico, buscando un término medio sin descuidar la mirada de su autor, que se permite (aunque menos veces de las que podría) probar a dejar la cámara respirar y capturar el instante. Sólidamente interpretada por Mia Wasikowska y Michael Fassbender (aunque todo el reparto está muy bien, secundarios incluidos), "Jane Eyre" no es una gran película pero merece la pena perderse en sus imágenes aunque sea por la (relativa) valentía de su realizador. Curiosa, que bastante es tratándose de un drama de época que pudo haber terminado en clónico y que afortunadamente deja entrever algo de personalidad.
Caith_Sith
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