Inicia la película con más de una hora siendo un perfecto documental sobre la vida de los niños en un colegio interno, y cómo reaccionar a un bombardeo. Vale la pena por la parte final, en donde se le parte a uno el corazón al ver cómo se las gastaban con los pequeños inocentes, que vivían enmedio de un mundo tan parecido al anterior y al posterior, ajenos a la guerra, ignorando, la mayoría de ellos, lo que significaba judío o nazi.

La película, como film, se hace muy pesada, a pesar de que la historia es real (le ocurrió al mismo director), y se reconoce el esfuerzo emocional. Pero tras ver infinidad de películas de nazis, nos consuela saber que todos esos mal nacidos acabaron perdiendo la guerra, aunque se llevaron por delante a millones de inocentes.