Clásico del cine, que vi hace casi 15 años, con aquella colección que lanzó “El País”. He visto mucho cine desde entonces, lo cual hace que se vea de una forma diferente. Me sorprende el uso de los espejos desde el principio, con la presentación que hace de Humphrey Bogart (mi nexo con el cine clásico, “Casablanca”). Pero en este segundo visionado, me quito el sombrero con Edward G. Robinson. Su presentación en la bañera, con el puro, la toalla… (me recuerda a Maradona, por cierto), es antológica. Además, desde que vi “Perversidad” este hombre me parece un Dios de la actuación. Los actores que son capaces de parecer personas diferentes con distintos papeles son los que me hacen dar un paso atrás y reverencia.

Un apunte curioso de la censura. Cuando Rocco dice “me echaron del país como si fuera un comunista”, en la versión original dice “like I was dirty water or something”. Curioso que no he encontrado ni una sola referencia en la red, pero es obvio que está manipulado. Aunque podría haber tenido cabida en la caza de brujas. No obstante, no es una peli anticomunista, precisamente. Nos encontramos con un punto de inflexión, entre la vieja América (los gángsters) y la nueva (soldados que ganan una guerra pero vuelven derrotados).

Lauren Bacall está insípida. Mucha más fuerza en “El sueño eterno”, mejor película de ella, quizá (solo he visto dos).

Disfruten y cierren las ventanas...

Por cierto, no me parece que Claire Trevor esté para Oscar. De hecho, no transmite lo que una alcohólica debiera. Su aspecto es demasiado bueno. Eso sí, la humillación que le infringe Rocco es inhumana. Quizá por ello sí merecía la estatuilla.