Premiada en Sundance 2008, nos cuenta la historia de dos mujeres y su errático camino hacia la supervivencia y, colateralmente, la dignidad. Me gustan las peliculas donde prima la historia, la idea, sobre cómo contar esa historia. Imagino que esto muchas veces viene determinado por la escasez de recursos. No sé si este es el caso. Que sea así o no tampoco dirige mis gustos, pero al menos no me despista el ejercicio sobredotado del director. Sí, definitivamente me gustan las peliculas que intentan transmitir algo con otro lenguaje, lo consigan o no. Frozen River es un excelente retrato de la otra América, la que Hollywood esconde tras fuegos y artificios. La América que vio consternada cómo las torres gemelas caían, sólo durante unos minutos, para volver a entregarse a preocupaciones más inmediatas. Cómo alimentar a los hijos, por ejemplo. La otra América, la América de seres desolados, la América tramposa, la América paleta. La América de las reservas de indios nativos, con esa extraña jurisdicción que otorga donde tanto se quita, lo que me trae a la memoria un dato escalofriante que leí hace tiempo: el altísimo índice de alcoholismo en las reservas, con el desempleo en el fondo de la saca.
Bueno... y por poner alguna pega, los secundarios parecen sacados de un casting improvisado en mitad de ninguna parte en (según ellos mismos dicen) el estado más desolado y aburrido: Iowa. Pésimos. También sobran algunas escenas con exceso de carga melodramatica. O eso me ha parecido a mí. En cualquier caso, cine independiente que te deja buen sabor de boca.
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