Desde París con Amor es una película de acción sin mucha pretensiones y repleta de tópicos y más tópicos. Se ve por donde va a salir en cualquier momento, a pesar de contar con un giro con el que intenta impresionar.

Jonathan Rhys Meyers es un trabajador de la embajada que se encarga de los "trabajos sucios", pero no es nada comparado con el lío que se meterá cuando John Travolta, un agente secreto americano, llegue para cumplir una misión que le supondrá un ascenso. Las personalidades de ambos no encajan para nada, y como de costumbre, irán evolucionando, aunque sea minímamente, hacia los polos opuestos. El trabajo entre ambos actores no termina de cuajar y no se les ve extremedamente bien desenvueltos.

Por separado, Travolta hace un buen trabajo (sin mucho lugar para lucirse) con su renovado look de tipo duro, que le sienta muy bien. Meyers por su parte lo hace mejor (también en parte por eso, porque tiene más profundidad como personaje).

Por lo demás, la historia es predecible y sin demasiada complejidad. A la película lo que le falta es destacar en algún aspecto, ya que no lo hace en ninguno. Las escenas de acción están bien, pero nada para recordar; el humor negro de Wax está bien, pero nada para recordar; el guión está bien, pero nada para recordar.

En definitiva, una película entretenida, pero nada más.