Stephen Sommers ha creado una película de aventuras entretenida, sin más. La historia de las maldiciones y los antiguos egipcios es sencilla, no busca ambición y da resultado.

Brendan Fraser hace un buen papel de aventurero poniendo su toque de humor. Aún así, su personaje no posee el carismo y el encanto suficientes como para encariñarte por él, lo cual mejoraría la película. La sola presencia de Rachel Weisz ya merece la pena y Arnold Vosloo es un buen villano. Además, los efectos especiales están a un nivel muy alto.

En definitiva, lo que fallan son los personajes, nada destacables, sino estaríamos ante una película de aventuras para recordar.