Menuda bobada de película, de tanta sorpresa que quieren hacer queda completamente ridícula, todo se queda en un desfile de carne y de poco talento interpretativo, sobre todo por parte de la penosa Denise Richards.
El guión se me antoja demasiado excesivo y cansino, al final nadie se puede creer lo que está viendo, los últimos 15 minutos son casi de risa.
Para lo único que puede valer es para alegrarte un poco la vista con los buenorrazos de Matt Dillon y Kevin Bacon, que no entiendo que pintan en una película de estas características, sobre todo Bacon, que es un actorazo.

Mi nota: 3,25.