Todavía estoy sonriendo por la manera que me ha embaucado esta película, porque es muy fácil dejarse embaucar por Kaurismäki. Con cuatro personajes, unos diálogos que no tienen desperdicio, con unos actores simplemente grandiosos y con una guerra de fondo, es suficiente para conseguir hacerme sonreír, meterme en la simple historia y robarme el corazón.

Las críticas anteriores, ya lo han dicho todo y bien, pero no podía dejar de expresar un pequeño comentario de lo feliz que me siento después de ver esta película. Y tan solo ha necesitado una hora y cuarto, genial. Mírala con los ojos juguetones, los oídos dispuestos y así te parecerá que en este mundo de mierda donde te engañan cada día, te maltratan a cada minuto y los medios de comunicación te bombardean a cada instante con guerras sin sentido, puedes encontrar alguien que confía en ti y te quita la botella para ofrecerte un botellín de espumoso.