Terrible, durísima y perturbadora película. Pero a la vez es una obra imprescindible y un ejemplo de por qué el cine es —debe serlo— un insumo de primera necesidad para los humanos.

Afortunadamente la sinopsis que figura aquí en FilmAffinitiy es, como casi siempre, un resumen de lo que "no es" la película, porque el eventual futuro espectador de este filme ganará en profundidad y concentración razón por la cual yo modestamente creo que no debe adelantarse nada del verdadero argumento.

Parafraseando a Dante podría decirse que "aquellos que veáis esta película, abandonad toda esperanza". La quintaesencia de la maldad, del desamor, de la hipocresía eclesiástica, de la más absoluta impiedad para con el prójimo se retrata en esta obra maestra que te clavará una daga en el espíritu y te dejará vacío y sin aliento. Además, todo esto servido en un verdadero festín audiovisual en el que las actuaciones, la música, la fotografía y los diálogos parecen obra de un ser superior.

Mención especial debe destacarse el uso que Larraín hace de los movimientos de cámara y de los encuadres que, magistralmente, pasan a ser parte de la tragedia cuando cada travelling hacia adelante o hacia atrás anuncia el desencadenamiento de un golpe bajo y la ubicación espacial de todos los personajes en el foro recrean la representación de la tragedia griega en el coliseo.

Supongo que dentro de unos años mucho se va a hablar de esta magnífica película chilena. La recomiendo calurosamente. Es un deber ir a verla.