Una interesante, pero larga, película.

Cuenta con buenos actores, y buenas itnerpretaciones, un fabuloso vestuario y unos decorados magníficos. No obstante, es larga: demasiado larga. No porque sobren hechos ni acontecimientos, sino porque los que se muestran son demasiado alargados. Además, esta película no pone en antecedentes, ni profundiza en los grandes personajes que aparecen (como la reina María Tudor, o Jacobo VI de Escocia, que reinaría en Inglaterra como Jacobo I a la muerte de Isabel I, y que era hijo de María Tudor). Aunque, históricamente hablando, tampoco es tan terrible como las otras adaptaciones.

Sin embargo, como digo, es excesivamente larga. Se centra muchísimo en la vida de alcoba, pero no es real en este aspecto, al tiempo que se alarga en meditaciones, en tribulaciones y en divagaciones acerca, fundamentalmente, del amor. Pretende mostrar una dualidad, entre la felicidad y el amor personal, y la gloria del reino y el amor del pueblo, acompañada la segunda opción de la soledad del monarca y su posición en la Corte, rodeada del séquito diario de aduladores pomposos y sumisos.

Bueno, os recomiendo verla bien despiertitos, con café, y mucho tiempo por delante.