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Voto de Blackbearry:
8
Fantástico. Aventuras. Acción En la Tierra Media, el Señor Oscuro Sauron ordenó a los Elfos que forjaran los Grandes Anillos de Poder. Tres para los reyes Elfos, siete para los Señores Enanos, y nueve para los Hombres Mortales. Pero Saurón también forjó, en secreto, el Anillo Único, que tiene el poder de esclavizar toda la Tierra Media. Con la ayuda de sus amigos y de valientes aliados, el joven hobbit Frodo emprende un peligroso viaje con la misión de destruir el ... [+]
5 de noviembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El Señor de los Anillos” no es un libro nada fácil de llevar al cine. Cualquier intento de adaptación choca de bruces con la extensión de la historia, el mundo ficticio en el que se desarrolla, los múltiples personajes que la protagonizan y la complicada labor de levantar todo un universo mitológico con millones de fans dispuestos a desollarte vivo si metes la pata. Afortunadamente Peter Jackson no se dejó intimidar por la envergadura y los riesgos del proyecto y decidió echar a rodar una de las sagas más exitosas y emocionantes de la historia del cine. Su primera entrega, que se estrenó en las Navidades del 2001, adapta “La Comunidad del Anillo”, la novela que abre la trilogía de J.R.R. Tolkien. Jackson respeta la obra literaria hasta donde las exigencias del lenguaje cinematográfico y las rígidas normas del cine comercial se lo permiten. El lirismo que recorría las páginas del libro es sustituido por la acción, la aventura y la espectacularidad. Aquí no hay tiempo para detenerse en la contemplación de los paisajes de la Tierra Media. Las canciones antiguas que narraban las grandes gestas de los héroes apenas tienen presencia. Lo que prima es el ritmo y la emoción. Es cine de entretenimiento perfectamente diseñado para reventar las taquillas de medio mundo. Pero de algún modo casi todo está ahí. Está Bolsón Cerrado y los pequeños hobbits. Está Gandalf el Gris con su sombrero y su gran barba. Están los Jinetes Negros cabalgando por los bosques de la Comarca. Está Aragorn desenvainando su espada. Están las Minas de Moria, Lothlórien y Rivendel. Está el Anillo Único y la amenaza creciente de una oscuridad ancestral que promete devorarlo todo. Y están Frodo y su fiel sirviente Sam con caras de no saber cómo han hecho para meterse en semejante aventura. Visualmente es espectacular. Impresiona ver en pantalla los mismos escenarios que tantas veces nos hemos imaginado en el pasado. Jackson supo rodearse de un equipo de excelentes profesionales que consiguieron reproducir con exactitud asombrosa el mundo de Tolkien. La cámara inquieta del director se pasea sobre él dotándolo de vida, convirtiéndolo en algo real, palpable. Una película hermosa y vibrante.
Blackbearry
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