Bueno a pesar de algunas criticas muy negativas que he visto por ahí, esta película no me parece ni mucho menos tan mala como se dice por ahí. Bien es cierto que sin un monstruo de la interpretación con Robert de Niro esta película pasaría un poco desapercibida a pesar de contar con unos secundarios de primerísima línea como Drew Barrymore o Kate Beckinsale que prácticamente cumplen con un guion previsible y facilón para la talla de estas dos y que ayudan al espectador a la hora de elegir la película que quieren ver.
Pero señores cuando el cartel es encabezado por De Niro es harina de otro costal. A este hay que verlo siempre, porque el solo es capaz de darle sentido con sus gestos, con su forma de mirar y actuar a un personaje que en otro actor haciendo lo mismo e igual de bien pasaría la película desapercibida.
Aquí vemos a De Niro interpretar a un padre viudo con cuatro hijos que se ve en la completa soledad solamente con el tiempo de por medio como mayor enemigo. Cuando intenta reunir a los cuatro parar pasar un fin de semana en familia ninguno acude en teoría porque están demasiado ocupados. Entonces De Niro decide ir a visitarlos de uno a uno para darles una sorpresa y esta se la lleva el al ver que nos les va tan bien a ninguno de ellos, va descubriendo que le han ocultado problemas, los cuales si contaban a su madre cuando vivía.
De Niro se emprende en un viaje de descubrimientos personales de sus hijos y se da cuenta de que a pesar de haber puesto todo su empeño como padre para que sus vidas fueran exitosas no siempre todo sale como uno quiere y al final y al cabo los que tienen que labrarse su futuro son ellos mismos.
Personalmente me parece una historia muy realista que nos mete de lleno en ese mundo que todos odiamos y del cual no nos escapamos nadie, la vejez y la soledad.
Robert de Niro nos muestra impecablemente como ya lo hizo anteriormente Jack Nickolson en A propósito de Smith que todo se acaba y que hay que disfrutar mientras se pueda.