Arrebato de Iván Zulueta, es un drama de intriga y cine experimental considerado por muchos como una película de culto. Dirigida con un ritmo paulatino y asfixiante, es temeraria y osada para la época, además de algo tediosa y cargante, siendo peculiar y subjetiva en un extraño entramado magnético que es turbador. Realizada de forma personal y enrevesada, tiene un resultado original pero raro que desconcierta al ver.
La fotografía, es humilde y desconcertante, con imágenes incomprensibles y recónditas que son estéticamente sombrías y llenas de matices que aturden al espectador. La música, es intensa e inquietante, con sonidos estimulantes e hipnotizadores que enardecen con profundidad al público, en un ruidoso acompañamiento que incrementa la sensación de intriga e intranquilidad. Y los movimientos de cámara y planos, usa el detalle, primeros planos, subjetivo, rotación, generales, seguimiento y cámara en mano, en un apropiado trabajo técnico que aumenta la dramatización.
Las actuaciones, son creíbles y señaladas. Con Eusebio Poncela remarcable y con profundidad psicológica, Cecilia Roth magnífica y competente y Will More con oscuridad y desequilibrio mental, muy apropiado para su papel. Siendo buenos los acompañamientos de María Fernández-Muro, Carmen Giralt, Luis Ciges y Antonio Gasset. Para los cuales emplea, unos vestuarios y caracterizaciones sugerentes e informales, que son estéticamente pertinentes para marcar las desaliñadas y descuidadas personalidades de los protagonistas.
El guion, escrito por el mismo director, es hermético e hipnótico, ya que su historia es confusa e incomprensible, además de extraña. Y está argumentado de modo absorbente y penetrante por momentos, pero es complicado y raro de entender al tener unos enigmas indefinidos que dejan al espectador a su suerte. Y que es llevado a cabo, con una narrativa oscura e intrigante con una voz en off lejana, oscura y tétrica que ofuscan y desorientan al público.
En conclusión, la considero una obra estanca y rara dentro del cine de intriga y de culto español, ya que es oscura e impenetrable además de cargante. Y aunque el final mejora bastante, el proceso para llegar es tedioso e interminable por su lentitud y trama asfixiante. Recomendable por su dirección, actuaciones, fotografía, música, vestuarios y narrativa que hacen de Arrebato, un film experimental con algunos toques interesantes y absorbentes, pero que en general no merece la pena ver a no ser que seas un buscador de cine profundo, hipnótico e incomprensible al extremo.