La mezcla de géneros en el cine, es algo habitual en la historia, y no siempre con grandes resultados. En este caso concreto la mezcla es de terror y western, mix que siempre me ha llamado la atención aunque no hay muchas películas y desde luego destaca sobre todas ellas Bone Tomahawk, la opera prima de S. Craig Zahler que rodó en 2015.
Esta The Pale Door, del semidesconocido director Aaron B. Koontz (Camera Obscura, 2017), no es de las que entrara en la historia de las brillantes. Y eso que la idea no esta mal del todo, pero una primera parte del film, bastante plana en la que apenas pasa nada, lastra bastante la película, aunque eso si ... da paso a un desenfreno bestial. Que por cierto, con ese giro tremebundo no deja de recordar al Abierto hasta el amanecer de Tarantino, pero a años luz, claro.
El principal problema aparte del presupuesto, son los actores, escasamente creíbles y desganados, tampoco el atrezzo, que en un western de 2020 chirría en exceso la falta de suciedad o de ropa excesivamente nueva, y eso hoy día canta mucho. Tampoco me encanta esa fotografía que a veces le hace parecer un telefilm. Por rescatar algo aparte la historia en si, que no esta nada mal, aunque si trillada en el genero de terror, son los efectos especiales, que si que son más que aceptables al igual que la banda sonora.
Pero bueno, es un film que se deja ver, ese despelote brutal en el burdel, lo salva de la quema, aunque su puntuación en FA a dia de hoy, (y sin pinta remontar), apunte a lo contrario.
Es una muestra del genero de terror&western, que quedara seguramente en el olvido, pero como serie B, y para aficionados a este extraño y difícil de ver genero, no les decepcionara.