Aunque en este subgénero del cine de catástrofes la mayoría de las películas tienen las mismas fallas y los mismos preceptos, esto es, guión prácticamente para salir del paso y efectos especiales a mansalva, en el caso de Greenland: El último refugio, es de destacar el hecho de que la acción se cueza más a fuego lento y de forma más creíble que en otros productos del estilo, y aunque Gerard Butler no es el actor más expresivo del mundo y suele estar últimamente más anclado a personajes de tipo duro, aquí encarna a un padre de familia creíble y real y la terrible situación por la que pasan en el caos que les toca vivir. Lo que para mí le resta a la película es ciertos detalles , que resultan acaramelados e innecesarios, porque no aportan nada, muy al contrario, y algunas típicas escenas de acción que parecen estereotipadas al máximo. Por lo demás, un entretenimiento más decente que la media en este subgénero.