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España España · MADRID
Voto de VALDEMAR:
4
Thriller. Drama Basada en la obra de Brian Burrough "Public Enemies: America's Greatest Crime Wave and the Birth of the FBI, 1933-43". Narra la historia de Melvin Purvis (Christian Bale), el agente del FBI que en los años treinta dirigió la búsqueda del legendario atracador de bancos John Dillinger (Johnny Depp) y su banda. (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2009
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos realizadores viven más pendientes de mirarse el ombligo que de darle una coherencia a sus facturas, pasándose por el forro si en sus "ejercicios de estilo" fabrican un producto inaguantable que aburre soberanamente al personal. Aunque esta película, más que de aburrida, peca de molesta y cargante, lo que termina por generar aburrimiento. No es culpa del guión, es culpa del señor Mann, que quiere hacer una genialidad, y lo que hace el tío es una CHAPUZA.

- Hay momentos rodados a contraluz, de manera que la cara de los actores queda en sombra, mientras que lo se ve iluminado es el cuello, los hombros...
- ¿Para qué sirve rodar un beso? Argumentalmente ya tenemos la información de que Dillinger y su chica se gustan, así que el permitir al público, además, ver cómo se besan debería de ser una licencia estética, porque los besos son bonitos, a mi entender. Pero Mann pide a sus actores que se besen y lo rueda de manera que el sombrero de ella hace sombra sobre sus caras, y por consiguiente sobre el propio beso, que no se ve. El Sr. Mann no retrata un beso, si no un sombrero. ¿Pa qué?
- La cámara en hombro, cual trapero dogma, mezclado con primerísimos planos incómodos de mirar, tomas borrosas... una interminable lista de despropósitos.
- Hay secuencias, como la del tiroteo en el bosque, en la que el realizador inserta planos rodados en video, así, sin venir a cuento de nada. Planos éstos que cantan la madelón.
- El realizador se propone siempre, y lo consigue, encuadrar mal. Todos los encuadres son la peor opción que existía para poner ahí la cámara.

Viendo esta genialidad, no pude evitar acordarme de un "Un final made in Hollywood", aquella peli de Woody Allen en la que un neurótico realizador está tan estresado por su próximo proyecto que termina padeciendo una ceguera psicosomática y rueda la peli así, cegato perdido.
¿Habrá rodado Mann esta peli completamente CIEGO? ¿O se habrá vuelto tonto, sin más?

Esto es una falta de respeto:
- A la figura de Dillinger, que se merecía otra cosa. Se merecía ser él el protagonista, no el Sr. Mann.
- A los guionistas, que han elaborado un buen guión bastante respetuoso y fiel con los acontecimientos reales, exento de las típicas tonterías hollywoodienses. (No sé que grado de participación tiene el propio realizador en el guión, pero sea cual sea, es su única aportación positiva a la cinta.)
- A los actores, cuyo trabajo se merecía un poco de luz que les alumbrase la cara, no la nuca. Si yo fuese uno de ellos le hubiese pegao un güantazo con la mano abierta al Sr. Mann tras ver ésto.
- Al público, que no paga su entrada para estar incómodo, mareado y aburrido.

Aunque más que aburrida, es una película FEA, pese a que tal adjetivo quede poco ortodoxo.

Métase su CHAPUZA donde le quepa, Sr. Mann.
VALDEMAR
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