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España España · MADRID
Voto de VALDEMAR:
3
Terror Adaptación de dos relatos del escritor norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849). En el primero ("La verdad sobre el caso del señor Valdemar"), un viejo millonario sobrevive a la muerte a través del hipnotismo. Su esposa, una mujer más joven, planea con su amante mantener al marido con vida hasta que redacte su testamento. En el segund ("El gato negro"), un reportero gráfico mantiene una relación con una mujer, amante de los gatos, que ... [+]
22 de noviembre de 2012
8 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Edgar Allan Poe se atrevió a soñar sueños que ningún mortal se atrevió a soñar antes”, pero sí a fastidiar después, porque de eso va esta película, de que dos tarados de talento ajustadito tomen sendos relatos de Poe y aprovechen para contarnos lo que les dé la gana. Que no pasa nada por versionar los cuentos y ajustarlos a la época actual, al presupuesto que tengas, qué sé yo… pero esto, hombre… no. Además, resulta que son dos de mis relatos favoritos, cosa que nada tiene de especial, porque son los preferidos de todo el mundo, incluidos, por lo visto, Romero y Argento.

El episodio de Romero tiene un pase. Convierte al Sr. Valdemar en zombie, claro, como no. Aunque lo cierto es que ese Señor medio zombie ya era. Y, aunque se cargue la sorpresa final, nos reserva otra, diferente, sí, pero resultona, lo cual se puede tomar como un valor añadido para quienes, como yo, se sepan el cuento de memoria.
Del cine de Romero siempre he echado de menos el sentido del humor, que considero imprescindible para dedicarte al género, y, en su caso, lo peor no es que no lo tenga, sino que él se piensa que sí, pero, a mi entender, este buen hombre tiene la misma gracia que la factura de la luz. Irá en gustos.

Argento, directamente, me parece un inepto. Su cine no es que no tenga sentido del humor, es que no tiene sentido. El buen Darío adapta “El gato negro” en versión viva la virgen, haciendo una miscelánea de los cuentos de Poe, en plan batiburrillo cochinero, que da hasta pena verlo. El prota se llama Usher, y arranca la cosa con que está fotografiando el cadáver de una pobre mujer en bolas, por supuesto, sesgada por un péndulo colgado del techo. Después de esto, se pone a hacerle perrerías al gato (si es que eso es posible) y, aparentemente, se las hace de verdad. El tema efectos especiales no lo tenían muy controlado ese día. Así que, conociendo la triste suerte del minino, dejé de ver el bodrio éste, no terminase cagándome en la puta de Argento, que la pobre mujer qué culpa tiene de nada.

En la tumba de Poe se puede leer: “Dijo el Cuervo: Nunca más”
AMÉN.
VALDEMAR
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