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Voto de Rodrigo Roldán:
8
Drama. Romance En un café al que acuden los trabajadores inmigrantes, Emmi Kurowski, una viuda de unos sesenta años, conoce a Salem, un marroquí treintañero. Inducido por la dueña del bar, Salem invita a Emmi a bailar, hablan, la acompaña a casa y, al día siguiente, se queda a vivir con ella. Esta relación provoca un gran escándalo, y las vecinas visitan al propietario del edificio para denunciar a Emmi. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo puede contarse con color la más gris de las historias?
Fassbinder narra una de las historias de amor más duras que recuerde, el gran alegato cinematográfico contra el racismo tan arraigado en Europa.

Un guión entrañable, unos personajes cotidianos que se convierten en verdaderos héroes, una puesta en escena teatral y colorida, unos planos impecables, unos desnudos naturales que cuentan la vida misma... todo ello son el cócktail perfecto para crear uno de los grandes títulos europeos. ¡Ay, los que ven en Almodóvar un genio sin maestro! Fassbinder marca ya por los setenta las bases del cine pop, cuidando con mimo la fotografía y el montaje. La magnífica utilización de la cámara genera sentimientos encontrados, tensión y a pesar de la teatralización llevada al extremo en diversas situaciones, surgen también escenas muy naturales, comprensibles y verdaderas.

La utilización de los celosías, los marcos y demás barreras visuales para acentuar el cisma cultural y el rechazo de dos sociedades diversas a unirse roza lo sublime. Escenas tan bien preparadas como la del restaurante italiano, el bar de sillas amarillas o la casa de la camarera son para atesorar. Un final muy acertado.

Es una lástima el título español, siendo el alemán (literalmente: miedo comer almas), llegado de una expresión marroquí, muy superior en forma y contenido. Los personajes viven sin miedo y por ello se enfrentan a la dura realidad y al escarnio público. La felicidad sólo se alcanza con la hipocresía, un mazazo tan cruel como real, magistralmente llevado a la pantalla.

Hacía tiempo que no me emocionaba tanto con el cine.
Una cinta imperecedera.
Rodrigo Roldán
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