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Voto de MHGallardo:
9
6.7
20,364
Comedia. Drama
Original y extravagante revisión del mito de Don Juan. Después de ser abandonado por su última conquista (Delpy), Don Johnston (Bill Murray) recibe una carta anónima en la que se le informa de que tiene un hijo. Tan inesperada noticia lo impulsa a emprender un viaje en busca de sus antiguas amantes para resolver el misterio. (FILMAFFINITY)
23 de junio de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente, no lo veo como una comedia, sino todo lo contrario (a excepción del vecino). La trama es perfecta. Enmarca una concepción filósofica vital en una película, que no es nada fácil (ya se intentó en otras y no resultó, como en "Extrañas coincidencias"). Dar a entender que la vida pasa mientras la vives, que la vida pasa mientras la planeas, ese problema existencial, no es algo fácil de captar y aquí se logra.
Por supuesto no es una película para sentarse y ser absorbido por la pantalla, exige una reflexión del espectador. Si alguien busca pasar un rato agradable, desconectando de todo, esta no es su película (y yo, por lo menos, no estoy criticando a quien busca eso, no siempre se tienen ganas de pararse a reflexionar sobre todo).
No es una obra maestra, pero está muy cerca de serlo.
Por supuesto no es una película para sentarse y ser absorbido por la pantalla, exige una reflexión del espectador. Si alguien busca pasar un rato agradable, desconectando de todo, esta no es su película (y yo, por lo menos, no estoy criticando a quien busca eso, no siempre se tienen ganas de pararse a reflexionar sobre todo).
No es una obra maestra, pero está muy cerca de serlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En primer lugar, señalar que Murray consigue trasmitir lo que otros usuarios no han captado: apatía ante todo. No es que no transmita, o no actúe, es que tiene que transmitir precisamente eso, apatía, aburrimiento, tedio. No es un hombre alegre, es alguien que está aburrido de todo. Su interpretación es genial. Creo que es mucho más difícil interpretar a alguien que siente el mundo de esta forma que a cualquier otro personaje caracterizado por una actividad o pasión, su característica es el aburrimiento (es lo que lo diferencia de todos), y conseguir eso, es de ser un maestro (de la misma manera que vemos a Pacino en "Pactar con el diablo" haciendo un demostración magnífica de calidad a la hora de actuar, aquí también se ve en Murray, haciendo de Don Juan apático).
Dos, todas las citas que va teniendo a lo largo de la película van minando esa apatía. Cada vez más desesperado por saber quién es la madre de su hijo. Puede decirse que las citas están mal cerradas, mal narradas, pero es todo lo contrario: Cada vez que visita a alguna de sus antiguas novias es consciente del daño que ha hecho, es consciente de que su paso por la vida tiene consecuencias, y, para su desgracia, no ha conseguido que sean consecuencias positivas. Verse de repente acosado por la responsabilidad eludida (la paternidad), llegando a la madurez y viendo que a su paso no hay casi nadie que crea que se ha comportado como debía es el duro golpe que le despierta de su ensueño. No están mal cerradas, están cerradas de manera violenta. No creo que cada capítulo (si en vez de ver la película, la hubiésemos leído, cada cita es un capítulo) pueda cerrarse de otra forma, de una manera amigable. Visita tras visita hay un corazón roto.
La utilización del rosa. Este color aparece en toda la película allí a donde va Murray. Cualquiera podría ser la madre, y cualquiera podría ser el hijo. O podría ser víctima de una venganza cruel por parte de su última amante. Podría no haber ningún hijo. Hay que ver esta película desde la óptica (muy deformada por Hollywood) del policial: Los indicios (el juego del rojo y el rosa) señalan a diferentes personas sin relación (aparte del amorío con Murray) entre ellas, nos lleva a la conclusión de que no hay tal madre ni tal hijo, sin embargo, la sensación, la culpabilidad de Murray, su desesperación, con la que cierra el film, nos enseña que a partir de entonces verá a su hijo en todas las caras de los jóvenes.
La pérdida de la posibilidad de la familia, y a partir del final del film, de la felicidad, sume a Murray en el mayor castigo posible: pasar el resto de su vida flagelándose por la culpabilidad. Para este Don Juan no hay redención posible.
Dos, todas las citas que va teniendo a lo largo de la película van minando esa apatía. Cada vez más desesperado por saber quién es la madre de su hijo. Puede decirse que las citas están mal cerradas, mal narradas, pero es todo lo contrario: Cada vez que visita a alguna de sus antiguas novias es consciente del daño que ha hecho, es consciente de que su paso por la vida tiene consecuencias, y, para su desgracia, no ha conseguido que sean consecuencias positivas. Verse de repente acosado por la responsabilidad eludida (la paternidad), llegando a la madurez y viendo que a su paso no hay casi nadie que crea que se ha comportado como debía es el duro golpe que le despierta de su ensueño. No están mal cerradas, están cerradas de manera violenta. No creo que cada capítulo (si en vez de ver la película, la hubiésemos leído, cada cita es un capítulo) pueda cerrarse de otra forma, de una manera amigable. Visita tras visita hay un corazón roto.
La utilización del rosa. Este color aparece en toda la película allí a donde va Murray. Cualquiera podría ser la madre, y cualquiera podría ser el hijo. O podría ser víctima de una venganza cruel por parte de su última amante. Podría no haber ningún hijo. Hay que ver esta película desde la óptica (muy deformada por Hollywood) del policial: Los indicios (el juego del rojo y el rosa) señalan a diferentes personas sin relación (aparte del amorío con Murray) entre ellas, nos lleva a la conclusión de que no hay tal madre ni tal hijo, sin embargo, la sensación, la culpabilidad de Murray, su desesperación, con la que cierra el film, nos enseña que a partir de entonces verá a su hijo en todas las caras de los jóvenes.
La pérdida de la posibilidad de la familia, y a partir del final del film, de la felicidad, sume a Murray en el mayor castigo posible: pasar el resto de su vida flagelándose por la culpabilidad. Para este Don Juan no hay redención posible.