Quién diga que La La Land es un musical no ha entendido la película. Es la forma, puede que la mejor, en la que Damien Chazelle (director-guionista) rinde homenaje a la industria del cine, a Hollywood en particular.
Con una banda sonora que juega con tus emociones, nos explica el sacrificio que supone perseguir tus sueños. Al estilo del hollywood más clásico, con increíbles coreografías de actores, operadores de cámara y foquistas en planos-secuencia complicadísimos.