Pienso que el destino no le podría haber reservado nada peor.

Ese final me ha parecido durísimo, al igual que la mayoría de la película, lírico, y a su manera bello.

El filme no tiene un ritmo trepidante pero sí tiene cosas de interés, la fotografía es evocadora, siempre que la voz en off acompaña consigue trasladarte (a diferencia de muchos, a mi siempre me ha gustado la voz en off como recurso narrativo en el cine), algunos diálogos te implican en el afán por interesarse en los entresijos de las relaciones que se establecen entre los personajes y Brad Pitt está sublime. Cortante, arisco, seco pero sin titubear un solo instante. Es larga, pero hay escenas que dejan poso, con sus imperfecciones no deja de ser un estudio atento sobre la personalidad, especialmente de lo repugnante que puede resultar una persona humana o de las terribles contradicciones que se pueden establecer en el alma de uno, y hasta que punto estas le pueden hacer involucionar.

Él le admiraba, pero a Jesse no era partidario de ese tipo de cursilerías y como tal se lo hizo notar. El chico, de carácter pobre se doblegó y no desarrolló virtud alguna y lo mató de la forma más cobarde.