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Voto de El Extranjero :
9
6.8
17,373
Drama. Romance
En el Londres de la posguerra, en 1950, el famoso modisto Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) y su hermana Cyril (Lesley Manville) están a la cabeza de la moda británica, vistiendo a la realeza y a toda mujer elegante de la época. Un día, el soltero Reynolds conoce a Alma (Vicky Krieps), una dulce joven que pronto se convierte en su musa y amante. Y su vida, hasta entonces cuidadosamente controlada y planificada, se ve alterada por la ... [+]
24 de marzo de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inquietante película, cuya evolución resulta interesante de observar.
Y a partir de aquí es todo spoiler.
Y a partir de aquí es todo spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Daniel Day-Lewis produce una mezcla de fascinación y repulsión con su personaje, snob, estirado e irritante por una parte, pero bien avenido, instruído y de maneras cortantes si se lo propone. Fuerte en su debilidad, una constante en los últimos y mejor considerados trabajos del director, protagonista maldito, brillante y con memorables insurrecciones de rabia, el director captura muy bien la esencia de esos momentos, su nacimiento, la causa. De 'Pozos de ambición', 'The Master' y 'El hilo invisible', esta es la que más accesible encuentro, sin embargo también es la que más me ha gustado.
Analicemos: se conocen, él como hombre de clase alta no tiene dificultades para gustarle a una joven de un estamento bajo y ella se va con él. No vemos ni una sola vez practicar el acto sexual, eso no es lo más importante para él (la hipótesis por parte de la crítica más valorada de la página sale muy reforzada, seguramente Reynolds sea impotente), de hecho el autor se guarda de hacer la mínima insinuación sobre ello.
Con lo que más parece disfrutar es con un ambiente de tranquilidad absoluta que le permita entregarse en cuerpo y alma a la puntillosa labor del diseño y confección de vestidos. Para lograrlo, tiende al aislamiento, creando así una burbuja entre él y el mundo exterior. Da la sensación de que muchas veces solo quiere a su amante a modo de maniquí maleable, ella lo termina viendo y eso no le gusta de él. Declara que odia su estilo de vida, pero no le abandona cuando este la pregunta por qué no se va. No sé muy bien si lo hace por no quedarse en la calle o porque aún así hay algo en ese hombre que le guste de verdad, puede que haya algo de ambas. El caso es que como no recibe amor, se venga. Y con un Woodcook debilitado, ella se muestra atenta y servicial y eso le gusta. Una persona debilitada no puede imponer su dó de pecho, por muy poderoso y enérgico que suela ser. Se cura y todo vuelve a ser como antes, el matrimonio no ha resultado ser un revulsivo tan poderoso, los desencuentros siguen siendo inevitables. Y como parece que esta mujer ya olvidó del todo a amar (él nunca supo, porque ni su madre, ni su hermana, -todo su entorno,- tampoco nunca lo amaron de verdad a él, de ahí su compulsivo gusto por ser cuidado por una mujer) empieza a disponer con crueldad (brillante la escena en la que vuelve a hacer ruido en la mesa, sabiendo que él odia eso, pero que no está en condiciones de poder hacer nada) y este acepta, porque sabe que no recibirá nunca mejores cuidados.
Y con este papel Daniel Day Lewis se despide del mundo de la interpretación.
Analicemos: se conocen, él como hombre de clase alta no tiene dificultades para gustarle a una joven de un estamento bajo y ella se va con él. No vemos ni una sola vez practicar el acto sexual, eso no es lo más importante para él (la hipótesis por parte de la crítica más valorada de la página sale muy reforzada, seguramente Reynolds sea impotente), de hecho el autor se guarda de hacer la mínima insinuación sobre ello.
Con lo que más parece disfrutar es con un ambiente de tranquilidad absoluta que le permita entregarse en cuerpo y alma a la puntillosa labor del diseño y confección de vestidos. Para lograrlo, tiende al aislamiento, creando así una burbuja entre él y el mundo exterior. Da la sensación de que muchas veces solo quiere a su amante a modo de maniquí maleable, ella lo termina viendo y eso no le gusta de él. Declara que odia su estilo de vida, pero no le abandona cuando este la pregunta por qué no se va. No sé muy bien si lo hace por no quedarse en la calle o porque aún así hay algo en ese hombre que le guste de verdad, puede que haya algo de ambas. El caso es que como no recibe amor, se venga. Y con un Woodcook debilitado, ella se muestra atenta y servicial y eso le gusta. Una persona debilitada no puede imponer su dó de pecho, por muy poderoso y enérgico que suela ser. Se cura y todo vuelve a ser como antes, el matrimonio no ha resultado ser un revulsivo tan poderoso, los desencuentros siguen siendo inevitables. Y como parece que esta mujer ya olvidó del todo a amar (él nunca supo, porque ni su madre, ni su hermana, -todo su entorno,- tampoco nunca lo amaron de verdad a él, de ahí su compulsivo gusto por ser cuidado por una mujer) empieza a disponer con crueldad (brillante la escena en la que vuelve a hacer ruido en la mesa, sabiendo que él odia eso, pero que no está en condiciones de poder hacer nada) y este acepta, porque sabe que no recibirá nunca mejores cuidados.
Y con este papel Daniel Day Lewis se despide del mundo de la interpretación.