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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Comedia Acaban de casarse Elisa y Ramón, la ganadora pareja "Espumín", un concurso que patrocina un famoso detergente. Todo marcha sobre ruedas, hasta que, en el viaje de bodas, alguien esconde en el baúl de la novia el cadáver de don Aquiles Papillón, un importante sabio. Entre Ramón y el jefe de publicidad, tratan por todos los medios de deshacerse del dichoso cadáver sin que nadie se de cuenta, pero el muerto siempre regresa. (FILMAFFINITY)
22 de septiembre de 2012
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simpática película de 1962 interpretada por un genial Fernando Fernán-Gómez, un Gila bastante verde en cuestiones cinematográficas (excepto cuando coge el teléfono, claro) y una encantadora Claude Arnorld, una francesita haciendo de mujer española.

Estas historias simplísimas, en blanco y negro en su mayoría, con un sentido del humor prácticamente naíf, son de lo más entretenidas; películas a reivindicar que, de paso, retratan la sociedad de unos años que hoy en día, desde la distancia, se imaginan demoníacos, oscuros, innombrables. Por eso es bueno echar un vistazo a los documentos de la época, a tiempo real, para descubrir los entresijos y la cultura latente de un país y su momento Histórico.

Así, una de las cosas que más me llaman la atención es el retrato de la mujer española, de nombre aquí Elisa. Una muchacha cariñosa, tierna, tremendamente inocente y de grandes lagunas en el terreno cultural, pero, ay amigo, que temperamento. Que seguridad en sí misma, que autoestima más alta, que forma de mantener su posición, incluso estando dispuesta a dejar a su marido el primer día de casada. Que se vuelve con su madre, que le cierra la puerta en las narices, que se enfada, que le grita si es menester... y que luego, ante la persistencia y muestras de afecto de su amorcito, se derrite entre sus brazos y le ofrece los labios para hacer las paces. Estupenda, vamos. Toda una actitud femenina a recuperar.

Ideologías aparte, algunos gags están muy logrados. Personalmente, la sonrisa no se me despegaba de la cara, y alguna escena te arranca hasta la risa. Para mi, la mejor es la de la carretera y el intento de deshacerse del baúl. Que ingenioso, de verdad.

No es desternillante, pero sí amena y muy simpática.
Kaori
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