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Voto de Jark Prongo:
5
Drama. Comedia La historia gira en torno a Nick, un hombre que intenta superar su adicción al alcohol. Tras la última recaída Nick es despedido, y su mujer lo echa de casa. El pobre se encuentra así de un día para otro sin nada, sin trabajo y sin hogar, con todas sus cosas esparcidas por el jardín. Al principio intenta seguir su vida en esa parcela, como si fuese algo normal, pero unos amigos le ayudarán a ver que tiene que abandonarlo todo, dejarlo ... [+]
23 de agosto de 2011
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Everything Must Go toma como referencia base un relato corto del inigualable Raymond Carver, concretamente Why Dont You Dance?. Se limita a recoger lo que parece el eje del relato (la venta de los enseres acumulados durante lo que es la duración de una relación de pareja en lo que es el típico mercadillo montado en el jardín de las no menos típicas viviendas unifamiliares de la baja burguesía estadounidense) para tejer una historia no muy mal llevada pero que poco o nada tiene que ver con las monumentales elipsis que se marcaba el maestro Carver, dando respuestas acorde a una lógica de causa-efecto que en los relatos, las pocas veces que se daban, quedaban abiertas a múltiples interpretaciones. Porque lo que nos narra Carver es la elipsis de un momento en la vida del protagonista, la antielipsis que se hace visible convirtiendo en elipsis al resto de su vida, con todas las miserias, decisiones erróneas, arrepentimientos y litros de alcohol que pueda contener, mientras que aquí asistimos al punto de inflexión en la vida del personaje interpretado de fenomenal manera por un Will Ferrell que muestra ser tan válido para el drama (salpimentado de ocasionales golpes humorísticos que deben mucho a sus descacharrantes trabajos en las películas de Adam McKay) como para el campo de la tontería en la que acostumbra a desenvolverse como ningún actor cómico reciente.

La película adolece de lo que podríamos llamar el ¨estilo Sundance default¨, o sea, unos planos generalmente semiabiertos y de exterior sujetos a un montaje reposado, solo que sin la omnipresencia en la banda sonora de grupos hipsters o chupis. Dicho así parece que lo mismo hablo de un telefilm que de la última chorrada de Gregg Araki, pero creedme, es un estilo que canta a los 5 minutos de metraje. Las interpretaciones, amén de la ya mentada de Ferrell, son más que dignas, consiguiendo el chaval que no volvamos a mentar a Herodes cada vez que sale en plano. La música es de tono folkie, llegando a saturar por su omnipresencia. En general, aunque parezca una herejía por lo considerado que esta el pringui de Robert Altman, puedo decir que me satisfizo mas esta derivación de Carver que la adaptación que se marco el primero hace años.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jark Prongo
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