Impresionante, majestuosa, monumental, estos son los adjetivos que le doy a esta serie que narra el dia a dia de dos productores ejecutivos de Studio 60, un late night americano, con sketches. Matt Albie (Matthew Perry) es el guionista, un tipo judío muy chistoso que basa todos sus chistes en criticar a la derecha católica y que sigue enamorado de Harriet (Sarah Paulson), su ex-novia, una de las actrices del programa, y ferviente católica. Danny Tripp (Bradley Whitford) es el otro productor ejectivo, y es el director del programa, Jordan McDear (Amanda Peet), es la directora de contenidos de la cadena, Jack Rudolph (Steven Weber) es el presidente de la cadena y Carl (Timothy Busfield) es el realizador del programa (no confundamos realizador con director, en la tele es una cosa muy diferente). Además no olvidarnos de secundarios como Tom Jetter o Simon, dos de los actores del programa.
Todo esto junta un cocktail de grandiosos personajes con un guión burtal que nos ofrece Aaron Sorkin (El ala oeste de la casa blanca), que aporta unos diálogos brutales y un ritmo desenfrenado a cada episodio. No olvidemos los diez primeros minutos de serie, un prodigio de narrativa y ritmo que nos dejan con la boca abierta. Además todos los personajes estan brillantes, Perry hace olvidar que fue Chandler, Peet esta brutal y muy sexy en su papel, y Paulson llega a conmover como esa ingenua actriz. Además las tramas son de un disfrute tan brutal que aún no me llego a hacer a la idea de que esta serie solo cuente con una temporada, ya que fue cancelada por su baja audiencia. Entiendo que no sea una serie para todos los públicos, por eso tendria que haber ido a una cadena de cable, aunque me queda la duda de saber si hubieran podido afrontar el monumental presupuesto de la ficción.