El cine centro y sudamericano lleva al menos una década imparable para gozo de todos en general. Ahora le ha tocado el turno a Chile con este magnifico trabajo de Sebastian Leilo, que ya nos avisó de su potencial con la también notable "Gloria" (2013) y a la espera de poder visionar "Disobediencie" estrenada el mismo año que la que nos ocupa.
Leilo y Gonzalo Maza han construido un guión estupendo sobre la búsqueda de la identidad propia y la lucha por conseguirlo, partiendo de la base de que para ello hay que aceptarse uno mismo antes y por encima de que los demás nos acepten tal y como somos. Para ello aciertan al poner el foco en un personaje transgenero en una sociedad que no acaba de entender ni desprenderse de sus prejuicios mezclados siempre con este o aquel complejo o rencor personal que acaba por hacer la vida muy difícil a todos aquello que sin ser diferentes a nadie ni a nada se les etiqueta y margina casi siempre por miedo a aquello que no es como nosotros, aunque por supuesto lo es.
Más allá del fondo del asunto que Leilo trata con respeto y una acertada contención para no caer en el melodrama, cabe destacar la propuesta formal donde muchos de los planos y escenas están cargados de un simbolismo implícito que no necesita de palabras, un ritmo medido y un hábil juego con los géneros que mantiene al espectador interesado y concienciado al mismo tiempo. Buen trabajo en general del elenco y de la actriz y cantante lírica Daniela Vega que aporta la inseguridad, dignidad y credibilidad a su personaje participando de la contención general y aguantando la omnipresente presencia de la cámara sobre ella durante todo el metraje. Oscar a la mejor película de habla no inglesa 2017, y múltiples reconocimientos de público y crítica merecidos.

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