Cuando Losey se encargó del proyecto que originalment iba a dirigir Michael Anderson hizo que su amigo, el futuro premio Nobel, Harold Pinter, reescribiera el guion que ya había escrito para Anderson, cosa que a Pinter no le hizo mucha gracia.

Llevaba el director un década de exilio en Gran Bretaña, rebotado de la caza de brujas de McCarthy por rojo, sobreviviendo con pseudónimos hasta que su colaboración con Pinter en tres ocasiones le devolvió su nombre y su prestigio, al menos en europa donde ganó la Palma de Oro de Cannes en el 71 por "El mensajero".

La novela original homónima publicada en el 48 con éxito por Robin Maugham, vizconde de Maugham que cambió la abogacía por el oficio de escritor y renegó de su origen elitista para abrazar el socialismo, hablaba de la decadencia de la aristocracia inglesa después de la IIGM, mundial, de homosexualidad, de lucha de clases, de relaciones de poder y sumisión, de soledad, vicios, envidias..., vamos que no tenía desperdicio.

Pero aparte del buen hacer de sus actores y actrices, con el primer protagonismo de Jamie Fox, el giro en su carrera de galan de Bogarde y las notables composiciones antagónicas de Wendy Craig y Sarah Miles, lo que realmente impresiona es la puesta en escena de Losey, su influencia teatral brechtiana, (no en vano Losey había trabajado con Brecht en el teatro) con ese distanciamiento marca del autor alemán para que no empaticemos con los personajes y prestemos atención a la situación objetivamente. La constante utilización de los espejos es prueba de ello. El expresionismo alemán también está presente con algunas escenas memorables donde las sombras juegan su papel. Y esa singular casa que la cámara recorre de forma magistral con forzados encuadres potenciando la tensión, el suspense, el símbolismo social y la decadencia de los personajes. Por no hablar de la maravillosa fotografía en blanco y negro de John Dankworth o la exqusita banda sonora.

Estos parásitos de diferentes clases sociales  que ya quisiera Bong Joon-ho acaban por carcomer la sociedad que les otorga privilegios y les margina en un status quo que vino a modificar el auge de la clase media y que hoy en día renace con la cada vez mayor brecha social. Tras sus visionado me viene a la memoria "Hayno. (La doncella)" (Corea del Sur / Kim Ki-young / 1960) con la que guarda inequívocas similitudes. 

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