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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
7
Bélico. Acción. Drama Marie Colvin (Rosamund Pike) era una periodista reconocida mundialmente por su trabajo en distintos conflictos bélicos. Testigo de algunas cruentas batallas recientes, especialmente de lo sucedido en Oriente Medio, contaba con el respeto tanto de los lectores como de sus compañeros de profesión por su enorme valentía y humildad. Sin embargo, su personalidad era caótica y autodestructiva. Tras recibir el impacto de una granada en Sri ... [+]
28 de febrero de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo cojea, sobre todo en el perfil psicológico, de esta mirada sobre Marie Catherine Colvin (Nueva York / 1956-2012) con la que debuta notablemente en la ficción el reputado documentalista Matthew Heineman (1983) basada en el articulo escrito en Vanity Fair por Marie Brenner sobre la reportera del Sunday Times. Es cierto como se ha dicho que el título original "A private war" invita a bucear en como la vida personal de Colvin influyó de forma traumática en su profesión y viceversa. Sus adiciones al sexo y al alcohol aparecen someramente al igual que sus relaciones con sus parejas, algunas como la del empresario Richard Flaye que encarna Stanley Tucci poco ajustadas a la realidad según declaró en Harper´s Bazaar en el 2018 la corresponsal de guerra que conoció a Colvin, Janine di Giovanni, que tampoco deja en muy buen lugar a los jefes de Colvin en el Sunday Times, que Heineman parece dulcificar.

Afortunadamente todas esas carencias en el dibujo de la periodista son compensadas con creces con la interpretación de Rosamund Pike, a la que ya le tocaba un papel en el que se reconociera su valía actoral y en el que la actriz se funde con el personaje recreandolo en sentido literal y haciéndolo suyo y nuestro a la vez.  Heineman dirige con elegancia y fluidez temporal los últimos años y experiencias profesionales de Colvin sintetizando y poniendo en valor su labor como la de tantos otros corresponsales de guerra que se juegan la vida para dar voz y luz a aquellos que siempre se llevan la peor parte en los conflictos: la población civil y la verdad. A ambos se les ataca sin piedad y se constituyen objetivos a destruir. Los casos como el de Colvin que no fueron fortuitos son abundantes y recurrentes. Claro que dependiendo del gobierno que apriete el gatillo la cosa quedará más o menos impune. Recuerden el caso del cámara de Tele 5 José Couso muerto en Bagdad en 2003 en plena  guerra de Irak por el ejército estadounidense.

En su tramo final Heineman consigue momentos emotivos cuando aflora su propia condición de documentalista y se acerca al testimonio desgarrador de las víctimas. La verdad siempre se ha alimentado del sacrificio de estos hombres y mujeres que han ofrecido su vida por ella. Ahora que las fake news dominan el planeta son más necesarios que nunca.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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