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España España · Somewhere over the rainbow
Voto de iñaki:
2
Ciencia ficción. Thriller. Acción Un fallido experimento para solucionar el problema del calentamiento global casi acabó destruyendo la vida sobre la Tierra. Los únicos supervivientes fueron los pasajeros del Snowpiercer, un tren que recorre el mundo impulsado por un motor de movimiento eterno. Adaptación de la novela gráfica "Le Trasperceneige", escrita por Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb. (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2014
69 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ciencia ficción permite dar rienda suelta a la imaginación para representar el futuro. Cuando ese futuro imaginado presenta un horizonte de alienación recibe el nombre de distopía. El origen de esa alienación se encuentra en algo que los creadores perciben en la sociedad contemporánea. Así, la sociedad futura imaginada estaría prefigurada en ciertos rasgos de las sociedades del presente. Las distopías clásicas ("Un mundo feliz", "1984", "Fahrenheit 451") están inspiradas por los regímenes totalitarios. Recientemente, la serie "Black Mirror" ha imaginado plausibles distopías derivadas de nuestra revolución tecnológica.
La distopía presentada en "Snowpiercer" es la de una sociedad totalitaria y jerarquizada, con privilegiados y excluidos. Pero los ocupantes del furgón de cola no son una clase productiva y servil, como los trabajadores subterráneos de "Metrópolis" o los epsilón de "Un mundo feliz". Sólo son una clase parásita a la que hay que alimentar y que supone una amenaza constante de rebelión. Lo que no entiendo es porque se les mantiene enganchados al tren. No producen y son peligrosos, pues fuera con ellos. La explicación que se dá al final de porque se les mantiene unidos al tren no puede ser más endeble.
La metáfora del tren como trasunto del mundo, de la vida, de la sociedad o del tiempo no puede ser más ramplona ni estar más manida. Lo mismo podía haber sido un barco que no encuentra puerto tras la subida del nivel de las aguas debido al calentamiento global. O una superestructura de cubos móviles de la que es imposible salir. En este aspecto, el vuelo de la imaginación de los guionistas es tan corto como el de una gallina. A esto se pueden añadir otras incoherencias-inconsistencias del guión como unos fósforos ubicuos, unas balas que se habían acabado pero que despues se reparten con generosidad, una niña vidente, y así ad nauseam.
Antes del final se interrumpe la acción y tenemos dos largos diálogos, uno en la antecámara de la máquina y otro en el interior de la misma, llenos de confusas y poco convincentes explicaciones de lo que llevamos visto. Ed Harris da pena haciendo otra vez de Dios ("El show de Truman"). Y el final, tal como yo lo interpreto, no puede ser más reaccionario (ver spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
iñaki
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