Ya lo he comentado arriba, lo mejor para mi, esas escenas finales entre el japonés y el sacerdote, genial cuando el diablo se muestra, atacando al sacerdote y tomando el control utilizando alusiones propios de la fe del sacerdote en el que el diablo le dice: " palpadme y ved", y le muestra la palma de su mano perforada. Golpe directo a la fe del sacerdote. Destruye así el diablo el poco coraje que le queda y se hace con él arrebatándole el alma con la máquina de fotos para mostrarse con toda su maldad. Una escena audaz que está muy bien realizada y que muestra por fin la cara del mal.

En cuanto a la escena entra la mujer y el protagonista, en la que aunque el bien se revela, el protagonista no lo ve, pues también me ha gustado. Es mas, incluso puede plantear la duda en el espectador, que puede dar más credibilidad, al igual que el protagonista, a el chaman. Sobre el cual, hay que deducir, que tras la interrupción del "exorcismo" él chaman queda poseído y por tanto bajo el control del diablo.

Y digo deducir, porque no es fácil verlo en la película, en la que todos actúan y se expresan como tontos.