Es curioso que de las cinco o seis películas que he visto ambientadas en los países escandinavos, la mitad eran de seres fantásticos.

Las pelis fantásticas, en general, no me gustan. Mi mente analítica rechaza el argumento de "lo ha hecho un mago", y no lo disfruto. Me gustan más las películas "raras" donde al final hay una manera lógica de encajar el puzzle, como "Carretera Perdida" de David Lynch, o más recientemente, "Madre".

En algunos aspectos esta película me ha recordado a "La escalera de Jacob", aquel film que denunciaba la administración de drogas alucinógenas a los soldados en la guerra de Vietnam, y que terminaron zumbados, aterrados de sus propios miedos internos.

Si eres fan de lo sobrenatural, probablemente te guste.