Relato lineal, muy animado, de la Famiglia del Prizzi que se ven obligados a reparar su honor en lo tocante al dinero, la fidelidad familiar y la moral del matrimonio. Todo un despiporre porque el pistolero familiar se enamora perdidamente de Irene, otra pistolera profesional, que interviene en un secuestro donde casualmente muere la mujer del capitán de la policía municipal. El Don va a obligar a Charlie a que se deshaga de la pistolera -que es su esposa- y al tiempo Dominique, el hijo del Don y padre de la ex esposa de Charlie, contrata a una pistolera, que resulta ser la propia Irene, mujer del carámbana del pistolero jefe de la Famiglia, el Charlie de las narices, para que le mate por haber deshonrando a su hija, aunque ella [Ajelica Huston] está encantada de que la hayan deshonrado. Pero el honor de los Prizzi es el honor de los Prizzi. La cosa va terminar mal para la pistolera y el Charlie de Dios vuelve a integrarse en la Famiglia, en la que es ascendido a Capo y vuelve a liarse con la Maerose Prizzi, que se puso la mar de contenta, después de haber tramado toda la conspiración. Qué perversas son estas nietas de mafiosos. La película está llena de ironía y sarcasmo, y, sin decirlo, pone a parir al Padrino, de la que no es en manera alguna un remake. Huston tiene categoría como para no andar imitando a Cóppola que por esos años estaba haciendo el Padrino I y II.