Peter Berg, especialista en superproducciones en Hollywood de presupuesto generoso (y ojo que entre bastante morralla comercial pero distraída como "Battleship" (2012), "Hancock" (2008) o "Milla 22" (2018), tiene en su haber blockbusters tan interesantes como "Friday Night Lights" (2004), "Día de patriotas" (2016) o "El único superviviente" (2013)) nos ofrece en el 2016 que fue su año dorado (entre este largo y el mentado "Día de patriotas", su mejor film hasta la fecha) un drama de acción basado en hechos reales sobre la desgracia de la plataforma petrolífera del título original de la cinta (Deepwater Horizon, mejor título para el film que esa "Marea negra" pues por el metraje tiene poco de marea y de negra). El film nos sitúa en la piel de estos trabajadores del petróleo y el como una negligencia por ambiciones monetarias acaba destrozando la prospección hasta límites por aquel entonces insospechados. No diré más para no dar spoilers, pero quien haya leído sobre aquella explotación de BP sabrá cual fue el destino último de los empleados y la infraestructura.

Y los que no lo sepan aun están a tiempo de vibrar con el largo de Berg, que aporta una visión de precisa y formada erudición (el público general no evitará perderse en ciertos puntos ante los tecnicismos que a los ingenieros, mecánicos y demás profesiones orientados a estos sondeos y perforaciones les salen de forma rauda y natural. Sin embargo el largo sabe medirse dando al público adulto las referencias necesarias para su comprensión sin dejar de lado ni la madurez e ilustración ni el entretenimiento y la emoción) y deja fluir (valga la redundancia) toda una catarata de turbaciones, impactos e intrigas cual montaña rusa. "Marea negra" no evita eso sí dejar posos de topiquez y americanada respecto a su protagonista (ese héroe que solo es un dechado de virtudes sin un solo defecto. Perfecto en su moralidad, sus pensamientos, sus acciones, etc.) y a su vida personal (aunque la labor de Kate Hudson para salvar a su convidado de piedra personaje es loable)... y eso sin contar que la pareja de actores se parecen físicamente lo mismo que un huevo a una castaña a las dos personas reales en las que se basan sus personajes (y eso es una tacha para el conjunto enorme, del nivel irrisorio sin pretenderlo de docudramas como "Amores que matan", "Mujeres asesinas" y demás ralea).

El guión de Matthew Michael Carnahan y Matthew Sand no es perfecto y eso lo sufre el relato, eso por descontado. "Marea negra" no tiene un cuidado dramático a lo "Braveheart" (1995), ni posee un equilibro en sus dimensiones argumentales que traspase el género de la acción (como lograron cintas como "Titanic" (1997) o "Gladiator" (2000)). Sin embargo en el conjunto acaban pesando más sus aciertos en el desarrollo de la trama, una trama que sabe ponderarse en el ritmo de los acontecimientos (en el primer tercio hay algún punto plano y alongado pero son escasos e irrelevantes para la experiencia global del espectador). Pero el mayor realce del film llega de mano de la puesta en escena, que escoge con total tino y pericia la cámara en mano o los planos estáticos según nos topemos con vigorosa acción o temido y enigmático suspense. Y es que la realización de Berg mide con destreza los tempos que pide esta historia de supervivencia y lucha contra los elementos y los errores, sumergiendo a la audiencia con facilidad y degustación. La fotografía además resulta tan natural como estilizada, haciendo un uso escrupuloso de la luz y sus contrastes, así como un empleo de encuadres orgánicos y usuales a la par que veladamente aberrantes para que sintamos el mismo desasosiego que los personajes. El diseño de producción es sobresaliente, de un mimo y un cuidado agradecidos, y lo mismo se puede decir de sus vestuario, su maquillaje y sus efectos visuales y sonoros. El presupuesto está empleado con total dignidad y eso lo agradece una cinta que desea empaparnos de esta desventura vehemente y progresiva.

El reparto por su parte cumple su función con talento y oficio (desde Mark Wahlberg como cabeza de cartel en un papel que le exige más en lo físico que en lo interpretativo (lo cual es estupendo para su nivel actoral capaz de solventar estos personajes. No le pidamos que haga los papeles que le tocan en gracia a Daniel Day-Lewis, pero los que puede tener Keanu Reeves o Aaron Eckhart sí sabe manejarlos con solidez), así como la sucesión de personajes arquetípicos y unidimensionales... pues John Malkovich y Kurt Russel son el señor Ismay y el señor Andrews de este "Titanic" pero ellos son capaces de rescatarlos de la podredumbre y dotarlos de cierta solidez).

Así pues estamos ante una cinta de catástrofes muy bien llevada a escena. Imperfecta y con carencias pero competente a la hora de lograr su objetivo de importar, inquietar y estremecer en casi todo momento (y siempre de forma puntal y pasajera) gracias a su acompasado desarrollo y a su espectacularidad audiovisual. No es "La jungla de cristal" (1988) o "Salvar al soldado Ryan" (1998), pero es bastante mejor que "La jungla: un buen día para morir" (2013), "Greenland" (2020) o "Non-Stop" (2014). Y está al nada deleznable nivel de "K-19" (2002), "Apocalypto" (2006) o "Hasta el último hombre" (2016). Recomendable a todo público adulto abierto a un pasatiempo con un poco de "algo más" sin exagerar, y muy recomendable (diría que hasta indispensable) a todo seguidor del género de acción en pantalla y a los fans de su elenco. Aguanta varios visionados sin problema.

Lo mejor: Me quedo con su dirección artística.
Lo peor: Que no se haya escogido a un protagonista (y a su interés romántico) con el mismo talento interpretativo pero físicamente más acorde a la realidad...