Al ver la primera parte de la película, he de reconocer que me gustó. Tuve mis momentos de susto y de sorpresas, y sobre todo un final que no esperaba.
Al llegar la segunda parte, pensé 'a ver con que nos sorprenden'. Esta vez la película se remontaba antes de los sucesos de la primera película y cedían el protagonismo a la hermana de la protagonista de la anterior. En general me gustó más que la primera, quizás porque me asusté más jeje.
Con la llegada de la tercera empecé a perder interés. Ahora era la historia de las hermanas pero de niñas. La película ya era más de lo mismo, sin dar nada nuevo al espectador. Lo único que las diferencia es que esta explica a su manera el porqué están las hermanas 'malditas'. También vemos que el padre es el que les inculca la obsesión de vivir en un Gran Hermano constante grabando cada paso que dan las niñas.
¿Qué hay nuevo en esta cuarta entrega? El cambio de protagonistas, esta vez es una adolescente obsesionada con el Skype, su novio pajillero y el hermano de la protagonista. Y sabemos que meter niños siniestros y que se dejan influenciar por cualquiera menos por sus padres es siempre muy efectivo.
¿Mantiene el nivel de terror de sus antecesoras? Para nada, aquí el nivel de sustos baja bastante. Quizás porque ya estamos acostumbrados tras tres películas iguales o porque ya no saben a dónde dirigir la historia para alargarla más.
La película, de hora y media, se me hizo algo pesada, deseando tras la primera hora que pasara algo más de acción o terminara pronto.
Ya por no hablar del final, esos últimos minutos no me los esperaba para nada. Y no porque me gustara, sino por la gran mierda que fue.
En fin, si eres fan de la saga y tienes pensado ver las dos que seguirán en años venideros no te la pierdas. Luego verás cómo se te quitan las ganas de que hagan más películas de la saga.