Es una película basada muy libremente en el "Caso Vallecas", un supuesto cúmulo de fenómenos paranormales que se produjo entre 1991 y 1992 en un domicilio del número 8 de la Calle Luis Marín, en el madrileño barrio de Vallecas, y más concretamente en torno a una chica llamada Estefanía Gutiérrez Lázaro. Aquel caso, por lo último que he podido leer sobre el mismo, fue seguramente un fraude, según las declaraciones de los hermanos de la difunta Estefanía.

Pues bien, sobre esa "película", Paco Plaza ha dirigido una auténtica película, original y extraña -al menos, por su voluntad de situar el terror paranormal en un entorno tan poco propicio y tan poco gótico como un piso moderno del barrio de Vallecas a principios de la década de los años 90-, redimida ampliamente por evidentes virtudes como la ironía (la protagonista, la Verónica del título, se documenta sobre güijas, espiritismo y conjuros con los fascículos de una "Enciclopedia de lo Oculto"), la nostalgia (la protagonista no para de escuchar canciones del grupo Héroes del Silencio, y además se hace una cita/homenaje al film español de terror "¿Quién puede matar a un niño?"( 1976), de Narciso Ibáñez Serrador) y una notable capacidad para el detalle y la observación, enfocada hacia el entorno social y generacional de la protagonista.

Eso sí, no se entiende que, si la madre (Ana Torrent) trabaja como camarera en un bar cutre, pueda matricular a sus hijos en un colegio religioso (normalmente más caro que un colegio público), y que también pueda mantener un piso tan grande como el de la familia protagonista. Claro, lo de las monjas parece un pretexto para que aparezca la inquietante monja fumadora, ¿inspirada acaso por por la monja-demonio de "Expediente Warren: El caso Enfield" (The Conjuring 2, 2016), película dirigida por James Wan, y estrenada en España a mediados de 2016?

Con todo, es un largometraje original, entretenido y bien interpretado, y además es una prueba de cómo un caso real de fraude puede ser usado por un director de películas de terror para explorar un poco más su personal mundo de ficción, lleno de extrañas criaturas y enormes peligros agazapados en el rellano de lo cotidiano.