Deliciosa, divertida, histriónica y a la vez rebosante de humanidad. Así es esta película sobre la amistad entre polos opuestos. ¿Por qué el aristócrata tetrapléjico escoge como cuidador al negro de la banlieu parisina? Está muy claro: no quiere compasión. Quiere ser tratado como una persona, no protegido como un tetrapléjico.
Destaco dos escenas sublimes: la ópera, y el baile de Omar Sy en la fiesta de aniversario.
No digo más. Vayan a verla.