Es la manera de describir "Calígula", gigante cojo.
La explicación es simple, la película tiene ciertos toques de grandeza, pero al mismo tiempo cuenta con un lastre difícil de salvar.

"Calígula" cuenta con un buen reparto en el cual sobresale la excelente caracterización de McDowell, y un guión que no deslumbra pero que tiene algunos momentos en los que se hace obligatorio reconocer su a veces imperceptible calidad.
Además, su dirección artística merece una mención a parte, puesto que teniendo en cuenta todos los factores, no era de esperar un acabado de tan bella factura en este aspecto.
También hay que mencionar que algunas escenas tienen un punto macabro, divertido y perturbado que junto con su innegable calidad, las graba a piedra en nuestra memoria (la boda de Próculo es difícil de olvidar, sobre todo para Próculo).

Sin embargo, todo lo que he mencionado con anterioridad tiene incrustado en su esencia un enorme y torpe "PERO".
Y es que "Calígula" es una película cargante, no solo por la lentitud de la narración en ciertos momentos, sino por el alto contenido pornográfico de las imágenes que contiene.
No pretendo engañar a nadie, no se trata de si es normal o no ver imágenes de esa índole alguna vez en la vida, puesto que el consumo de porno no es algo escandaloso de por sí, sino simplemente otro tipo de cine. De lo que se trata realmente es de evaluar si todo este metraje de alto contenido sexual y explícito entorpece el ritmo de avance de la historia...la respuesta es en rotundo: SÍ
La película no solo tiene ese problema, aunque sí que es su mayor "bache", también sufre de ciertos momentos en los que el ritmo de la narración cae en picado y si a eso le añades sus 3 horas de duración, termina por provocar una pesadez que no le hace ningún bien.


No sabría decir si recomiendo esta película o no, a mi me ha gustado verla aunque me haya decepcionado de manera sebera, pero es un punto más en la historia del cine que resulta interesante y peculiar experimentar.

Aun así, la sensación final es de despropósito total, puesto que sin toda esa innecesaria parafernalia sexual, esta película podría haberse concentrado en aspectos mucho más necesarios que la hubieran convertido en algo más que un clásico.