Tras un paréntesis de casi cinco años, el realizador de origen polaco vuelve por los terrenos de la intriga cercana al cine negro que con tanto acierto ha cultivado en el pasado. En esta ocasión, el protagonista es lo que se conoce en los círculos literarios como un "negro", es decir un escritor que alquila su pluma a otros, interpretado por Ewan McGregor, recibe el encargo de escribir las memorias de un ex primer ministro británico (interpretado por Pierce Brosnan). Dichas memorias parecen algo "malditas" puesto que el predecesor del personaje que interpreta McGregor, murió en extrañas circunstancias. Al mismo tiempo, unos hechos del pasado del ex-ministro explotan justo cuando estan en pleno proceso de elaboración de las memorias.

El punto fuerte de esta densa intriga que fabrica Polanski es sin lugar a dudas su ambientación. Prácticamente toda la acción tiene lugar en una apartada isla cercana al continente americano, en la que el ex-ministro está recluido. Desde el principio, somos testigos de las fuertes medidas de seguridad existentes. El realizador sabe dotar a su intriga de una fotografia que refleja la densidad de la trama, y sus múltiples claroscuros, sobretodo en la especie de fortaleza en la que vive recluido el ex-primer ministro y su "negro" sin nombre. Una fortaleza, de aspecto inquietante y que parece querer cumplir una doble función. Es decir, no sólo se trata de no dejar entrar a nadie, sino que en ocasiones también da la impresión que nadie debe salir.

Es cierto que Polanski no explica nada nuevo. El film sigue el patrón de las típicas historias de conspiración, con un protagonista que circulará por un camino retorcido y peligroso y además con importantes implicaciones. Lo que sí es importante en este film no es tanto lo que nos cuenta sino como lo cuenta. Polanski tras varias décadas en el oficio, demuestra que domina perfectamente el lenguaje cinematográfico. Sabe lo que quiere, y como debe mostrarlo al espectador. Sabe como introducirnos en el relato y como nos atrapa con una trama muy bien construida y con alguna que otra escena que demuestra el dominio de la técnica del realzador (por ejemplo el largo travelling en el que una nota pasa de mano a mano). También hay que alabar la excelente dirección de actores. Ewan McGregor cumple a la perfección su papel de escritor/investigador, mientras que Pierce Brosnan también está convincente en su papel de un ex mandatario con un oscuro pasado.

Una vez destapado todo el artificio, nos damos cuenta que Polanski ha jugado con nosotros, y que realmente no era para tanto. Pero, por el camino nos ha ofrecido un film entretenido, bien contado, con una atmósfera visual bien trabajada y con buenos actores (hay que destacar también la presencia de Kim Cattrall, Olivia Williams, Tom Wilkinson, Timothy Hutton, James Belushi y Eli Wallach) con breves intervenciones pero al mismo tiempo cada uno con una pieza del rompecabezas que va reconstruyendo el protagonista.